La cuna de un bebé es una pieza imprescindible que no debe faltar en el cuarto de un recién nacido.
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Y es que este accesorio no solo sirve como cama para que el bebé duerma, al contrario, es un elemento de seguridad que lo protege y sirve para su comodidad cuando está tomando una siesta o descansando en las noches.
Ahora, uno de los factores importantes que debes considerar al comprar una cuna es que sea segura. ¿La razón? tu bebé estará ahí dentro sin tu completa supervisión por estar haciendo otras tareas.
Si el bebé es un recién nacido el principal consejo a considerar es evitar a toda costa que nunca haya objetos peligrosos como juguetes con puntas filosas o con pequeñas partes que se pueda meter en su boca.
La cuna ideal
Recuerda siempre que una cuna es una cama diseñada para recién nacidos o infantes menores a los 4 años.
La diferencia principal con una cama es que la cuna del bebé cuenta con barandas o “barrotes” para que él no se caiga durante su ciclo de sueño.
Para escoger una cuna debemos tener en cuenta algunos factores que son clave como: el tamaño, el material, la comodidad, la seguridad, la adaptabilidad, la vida útil y, por último, el precio.
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Estos son los principales requisitos y características de seguridad mínimas que debe tener la cuna del bebé:
– El colchón debe ser lo suficientemente sólido como para que tu bebé no se hunda cuando se acueste.
– La distancia entre los barrotes debe estar dentro del rango: 4 y 6 centímetros.
– La cuna debe ser rígida: Al cogerla de los extremos y moverla debe oscilar lo menos posible.
– El cabecero no ha de tener decoraciones que puedan herir a tu pequeño.
– El barniz y la pintura de la cuna deben estar libres de tóxicos. El acabado debe ser liso, sin bordes cortantes que puedan lesionarle y sin tornillos ni clavos salientes. Si es de madera asegúrate de que no tiene astillas y está bien lijada.
– Si la cuna tiene una barandilla movible, ésta debe tener un doble seguro para que el bebé no pueda manipularla.
– La cuna debe tener la profundidad necesaria y sus bordes tienen que ser lo suficientemente altos; mínimo 30 centímetros.
– Si la cuna tiene ruedas, al menos 2 de ellas deben tener seguro.
– Los acabados deben estar lo suficientemente pulidos y encajados para que tu bebé no pueda lastimarse.
– Las paredes laterales de la cuna estarán formadas por barrotes con una altura de unos 70 u 80 centímetros y tendrán una separación que impida que el niño pueda sacar la cabeza entre ellos, pero debe permitir una amplia visión al niño.
Tipos de cunas
En el mercado existe una larga existencia de cunas, fabricadas con diversos materiales, de innumerables formas, diseños y precios.
Te presentamos los diferentes tipos de cunas:
Cuna tradicional: Se trata de la tipología más común y utilizada. Es del tipo rectangular y elaborada en madera. Tiene pocos accesorios, pero es un producto que tu bebé puede utilizar hasta los 3 años como máximo.
Transportables: Esta clase de cuna es perfecta para padres viajeros. Son muy fáciles de mover; ligeras y pueden plegarse para ocupar el menor espacio posible. Algunas que tienen ruedas incorporadas, con lo cual trasladarlas resultan aún más fácil.
Las convertibles: Este tipo de cuna permite transformarla en una cama tradicional. Sin embargo, su precio suele ser mayor. Por tener doble uso, tu bebé podrá estar en ella por mucho tiempo y más aún cuando dé el salto de la cuna a la cama.
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