Maternidad

El embarazo a veces te hace odiar tu cuerpo pero debes recordar lo hermosa que eres siempre

El embarazo trae consigo muchos cambios que están fuera de nuestro control. Los pechos crecen y se vuelven más sensibles.

Nos hemos acostumbrado a ver el lado más romántico del embarazo, donde todo es hermoso y perfecto. Y es que aunque un hijo sí es una gran felicidad para la futura mamá, también existe la parte en la que todo puede sentirse caótico.

 La maternidad no es tan glamorosa como la pintan y aunque tiene su encanto, también tiene ese lado oscuro del que pocos hablan.

De acuerdo con expertos del Office on Women’s Health, a medida que tu útero se expande, es posible que sientas dolores y molestias en todo el cuerpo, especialmente en el abdomen, la ingle y los muslos. Muchas mujeres también tienen dolores de espalda y cerca del hueso pélvico debido a la presión de la cabeza del bebé, además de que hay un aumento de peso y aflojamiento de las articulaciones.

Sin embargo, no importa cuánta explicación científica tengas, al final hay días en los que te sientes la mujer más horrible del mundo.

El embarazo trae consigo muchos cambios que están fuera de nuestro control. Los pechos crecen y se vuelven más sensibles. Las hormonas fluctúan y pueden traer cambios de humor repentinos donde en un momento estás feliz y al siguiente no puedes contener las ganas de llorar.

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De pronto te sientes desesperada y sofocada; crees que nadie te entiende y te puedes sentir muy sola aún cuando tienes la compañía de tus seres queridos. Sientes que ya no eres tú, que tu cuerpo ha cambiado y que no tienes control sobre él. Te sientes hinchada y odias cuando tu ropa deja de quedarte. Aunque todos te dicen que tienes un brillo especial y que tu pancita se ve hermosa, te sientes frustrada con lo que ves en el espejo.

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Tu cuerpo es zona de guerra, entre manchas, cicatrices y piel colgante.  Hay días que sólo quieres llorar y gritar, tener un respiro o un momento de silencio. ¡Cómo lidiar con tanto!

No, la maternidad no es glamorosa pero no debes rendirte. Es un momento que te cambia en todos los sentidos y aunque ahora no lo veas, te has convertido en una mujer muy poderosa. Es importante que siempre cuentes con una red de apoyo para los momentos en los que sientes que no puedes más.

Aprende a ver todas esas «marcas de guerra» como vestigios de la vida que has creado.

La realidad es que no hay una fórmula definitiva para llevar un embarazo libre de malestares pero siempre hay algo  que lo hace mejor. Piensa en todo el amor que te rodea y que lo único que puedes hacer es ir hacia adelante. No te compares con otras mujeres ni esperes a que tu embarazo o tu maternidad serán como lo que ves en las películas. Cada mujer es diferente y no debes presionarte por ser perfecta porque al final, terminarás más preocupada por llenar expectativas que disfrutar este  momento único.

Si te sientes sobrepasada por esas emociones negativas, no dudes en buscar ayuda de un especialista.

 

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