Las relaciones madre-hija son complejas y diversas. Mientras que algunas veces podemos ser mejores amigas, otras terminamos en medio de un campo de batalla. Lo cierto es que, sin importar qué tan cercanas o no seamos a mamá, ella siempre dejará huella en nosotras.
PUBLICIDAD
Ninguna nace sabiendo ser mamá, es algo que se va aprendiendo con el paso de los años. Y es que por más consejos que una siga, jamás será fácil.
¿Cómo empezar a dar gracias por todo eso que mamá hace?
La verdad es que a veces parece que nunca será suficiente pronunciar la palabra «gracias» para saldar todo eso que sólo una madre hace por sus hijos. Sin embargo, las acciones dicen más que mil palabras y nada hace que mamá se sienta más satisfecha que ver a los suyos plenos y felices.
LEER MÁS: Aprende a perdonar, incluso cuando no te hayan pedido perdón
El poder de mamá
No importa cuáles hayan sido las condiciones, mamá me ha dado las lecciones más valiosas. Desde el amar sin condiciones hasta el ir siempre hacia adelante sin perder de vista lo que soy.
Mamá ha estado en los momentos clave de mi vida, y no es casualidad, después de todo, fue quien me cargó por nueve meses en su vientre.
PUBLICIDAD
Porque incluso si ahora estamos a kilómetros de distancia, sus sabias palabras, sus abrazos y su amor están ahí todos los días, a mi lado.
Mamá tiene un poder único. Ella es capaz de reiniciar el mundo con un abrazo o un caldo de pollo recién hecho. Y no importa si ha tenido un mal día; no hay nada peor para ella que ver a los suyos sufrir. Siempre buscará que la vean con una sonrisa, lista para expresar su gran amor.
Mamá te amaba antes de conocerte. Sintió tu corazón latir desde sus entrañas y sus brazos envolviendo tu cuerpo, fueron el primer gran alivio de tu vida cuando llegaste al mundo.
TAMBIÉN LEE: Soy una mujer fuerte porque me crió una mujer aún más fuerte
Mamá siempre será mi más grande orgullo porque sin ella, no habría entendido lo que significa ser fuerte y no sería capaz de haber llegado hasta donde estoy ahora.
De mamá aprendí que te pueden lastimar pero jamás romper. Y que a pesar de todo, puedes perdonar; no por ellos, sino por ti. Gracias a esa mujer fuerte, has aprendido a defenderte, a tomar el dolor y el fracaso como una oportunidad de superarte.
También aprendí que llorar no equivale a debilidad y que no hay nada más perfecto que tus imperfecciones. Gracias a esa mujer fuerte que te guía, has comprendido que incluso las personas más valientes se desmoronan a veces y que es muy válido tomar un descanso.
Mamá siempre ha estado a mi lado sin importar nada y todo lo que espera a cambio es ver todo ese esfuerzo reflejado en una vida plena y feliz.
Mamá es la mayor inspiración en mi vida y no estaría en ninguna parte sin ella.
Ella no estará ahí para siempre, pero sé que la calidez de sus abrazos residirá en mí cuando me sienta perdida o cuando no pueda dormir en las noches. Pero también estará ahí cuando tenga días buenos en los que recuerdo lo fuerte y poderosa que siempre fue. Hasta entonces seguiré diciendo que mamá siempre será mi más grande orgullo.