La sociedad parece estar obsesionada con señalar el cuerpo de la mujeres. Especialmente cuando se trata de maternidad, todos se vuelven críticos expertos. Y si bien es un tema que cada vez tiene más visibilidad, al final termina convirtiéndose en un estrés más para muchas.
Ya no sólo se trata sobre los desafíos que representa convertirse en madre, sino además, enfrentarse a la opinión de quienes creen que existe «un cuerpo perfecto» para después de dar a luz.
Las mujeres siempre hemos vivido sometidas a los estándares de belleza que nos impone la sociedad . Nuestra belleza y valía parece tratarse de tallas pequeñas y reducción de medidas. El embarazo no es una invitación abierta a comentar sobre la apariencia de una mujer. Ninguna quiere escuchar consejos no solicitados sobre cómo debe verse.
Adele, Anne Hathaway, Jessica Simpson, Kelly Clarkson y hasta las mismas Kardashian, se han enfrentado a ser llamadas «gordas», «flácidas», «desaliñadas» o «llenas de estrías y marcas» después de dar a luz. Por otro lado, famosas como Jennifer Lopez o Beyoncé, terminan convirtiéndose en el prototipo de «mujer ideal» porque tras convertirse en madres, muestran su abdomen perfecto y piel sin estragos en diminutos atuendos. ¿Cuál es el lado correcto? En realidad, todas tienen lo suyo.
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Cada mujer es diferente y es momento de dejar atrás la idea de que debemos tener cierto tipo de cuerpo tras dar a luz.
No hay vergüenza en aumentar de peso durante el embarazo o después. Está bien si recuperas tu peso en poco tiempo pero también está bien si te toma más. No hay vergüenza en tener estrías, ni tampoco en tener una enorme cicatriz que dejó una cesárea. Para dejar de tener todos esos prejuicios, hay que entender lo que implica un embarazo. Los cuerpos cambian y no existen reglas específicas sobre cómo deben hacerlo.
Las nuevas mamás están constantemente inundadas de expectativas culturales y sociales poco realistas en torno a sus cuerpos.
El embarazo no es algo precisamente glamoroso: hay un crecimiento estomacal, acidez y dolor en los senos. ‘Hay demasiadas inquietudes! Para algunas resulta más incómodo que para otras pero es un hecho que ninguna espera cumplir con los estándares belleza de ajenos. Y sí, los cambios son algo en lo que una trabaja día a día para aceptar y abrazar. Por si fuera poco, le siguen situaciones como la depresión post parto, la falta de sueño y el reto de la crianza de los hijos; lo último que una mujer quiere escuchar es una opinión sobre su cuerpo.
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