Todo un debate ha generado la decisión que tomó un juez en Estados Unidos. Él resolvió de una forma muy sencilla la disputa que se generó entre una mujer y un hombre que estuvieron comprometidos en matrimonio, pero que la boda se canceló. La querella era por quién se debía quedar con el anillo de compromiso ahora que ya no habría un “felices para siempre”.
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En el 2016, Bruce Johnson y Caroline Settino iniciaron su romance. Todo iba de maravillas como en las películas: viajes, regalos, amor, joyas y momentos inolvidables. Pensaron que eran las almas gemelas, por lo que un día de agosto de 207, Bruce sorprendió a Caroline con una propuesta que muchas esperan: “¿Te quieres casar conmigo?”. La petición la selló con un gran anillo de compromiso.
La sortija era de diamantes y estaba valorada en 70.000 dólares estadounidense. Pero, esto no fue todo. Dos meses después, también compró dos argollas de matrimonio con un valor aproximado de USD 3.700 dólares, de acuerdo con una artículo publicado por la agencia de noticias AP,
Pero, la magia se acabó cuando a Johnson le diagnosticaron cáncer de próstata. Su salud se deterioró. En esos momentos necesitó el apoyo de Setting, pero a ella parece que esto hizo mella en su amor, porque comenzó dejó de apoyarlo, no lo acompañaba a los tratamientos. Lo dejó solo, según un reporte de la Corte Suprema de Massachusetts, donde se dictó el veredicto.
Las cosas no quedaron allí, mientras Bruce batallaba contra la cruel enfermedad, Caroline se escribía con otra persona y él lo descubrió: “Mi Bruce va a estar en Connecticut por tres días. Necesito algo de diversión”, decía el mensaje.
“Pastelito”, era como cariñosamente el otro hombre se refería a Caroline, quien además le exigía verla más seguido. Ella, lo negó todo. Aseguró todo el tiempo que solo se trató de un amigo. Fue, entonces, cuando un convaleciente Bruce tomó la decisión de acabar con el compromiso y se inició la querella por quién se quedaría con el anillo, ya que ella se negaba a devolverlo.
¿A quién le pertenece el anillo de compromiso?
Se fueron a un litigio, en el que inicial se dio una sentencia que favoreció a Caroline, ya que el juez alegó que el exnovio “pensó erróneamente que Settino le estaba siendo infiel y canceló el compromiso”.
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Él sintió que no fue justa la decisión, por lo que apeló en la Corte Suprema de Massachusetts en septiembre de este año, y el pasado viernes 8 de noviembre el juez falló a su favor, por lo que Caroline deberá devolverle el anillo. Esto, además, puso fin a una regla estatal de 60 años que requería que los jueces trataran de dilucidar quién había tenido la culpa de que la relación hubiera fracasado.
Los jueces se cuestionaron la validez de la pregunta “¿quién tuvo la culpa?” como criterio para decidir quién debería quedarse con los anillos de compromiso cuando la boda se cancelaba. Hace más de seis décadas, la corte dictaminó que un anillo de compromiso se entiende, generalmente, como un regalo condicional, y que la persona que lo daba podía recuperarlo si se rompía el compromiso, pero solo si esa persona estaba “libre de culpa”.
“Ahora nos unimos a la tendencia moderna adoptada por la mayoría de las jurisdicciones que han considerado el asunto y retiramos el concepto de culpa en este contexto”, escribieron los jueces en el fallo del viernes. “En casos como este en que la boda prevista no se lleva a cabo y el compromiso termina, el anillo de compromiso debe ser devuelto al dador, independientemente de quién tuvo la culpa”.