En las últimas décadas, hemos visto cómo las madres han comenzado a romper con los patrones de crianza tradicionales y las heridas emocionales que durante generaciones se han transmitido de madre a hija. Hoy, las madres millennial están buscando una nueva forma de criar a sus hijos.
Son la generación reparadora, aquellas que están sanando sus heridas personales y rompiendo con el trauma intergeneracional, creando infancias más conscientes y un futuro emocionalmente más saludable para sus hijos e hijas.
Ana Clavell es una psicóloga y psicoterapeuta especializada en inteligencia emocional, que analiza esta nueva mirada de la maternidad. Según ella, esta nueva generación de mamás tiene un propósito de vida que va más allá del rol de madres. No se limitan a cumplir con expectativas de cuidado y sacrificio que durante tanto tiempo dominaron la narrativa de lo que debía ser una madre.
Estas mujeres jóvenes se ven a sí mismas como algo más. Son emprendedoras, trabajadoras, amigas, hermanas, influencers, deportistas. Viven una maternidad compartida con múltiples roles, donde no tienen que elegir entre ser madre o ser mujer.
Este cambio de mentalidad también se refleja en las familias que están formando. Las madres millennial son el doble de propensas a tener hijos únicos, ya sea por elección o por las circunstancias.
Pero más allá de los cambios económicos o demográficos, lo más significativo de esta generación es su voluntad de romper con los ciclos de trauma intergeneracional. Han entendido que ser madres no significa replicar los métodos de crianza severos, ya que la maternidad no es sinónimo de castigo, sino de reflexión.
Y la emoción no es algo que se invalida, sino que se regula. Este cambio busca crear un ambiente donde los niños crezcan con seguridad emocional, libres de las cargas emocionales heredadas.
Las madres millennial han decidido sanar sus propias heridas y, en lugar de cargar a sus hijos con los traumas del pasado, eligen acompañarlos con amor y madurez.
Saben que, al sanarse a sí mismas, están sanando a sus hijos, a sus madres, hermanas, y todo su linaje. Esta nueva visión de la maternidad va más allá de la crianza; es una responsabilidad intergeneracional y una oportunidad para crear un futuro más equilibrado y consciente.
La profesional mencionó en redes que ser madre significa romper ciclos de dolor y crear caminos de sanación y crecimiento.