Los tatuajes en pareja pueden ser una de las muestras de amor más románticas entre los amantes de la tinta permanente en la piel sin embargo, a veces las elecciones de diseños pueden llegar muy lejos y dejar una profunda huella (literalmente).
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Por lo general, las parejas suelen escoger diseños simbólicos de figuras, personajes, frases o palabras pero TikTok está llevando las cosas a otros extremos con esta tendencia que está dividiendo opiniones.
Se trata de los tatuajes personalizados de mordidas, los cuales consisten en morder a tu pareja en la zona elegida para que después el tatuador lo plasme con tinta permanente.
El video viral que comenzó todo sucedió en Dinamarca
Todo comenzó en Betty Zoo, un salón de tatuajes de Dinamarca con sede en Copenhague qyue subió un TikTok de un cliente haciéndose un tatuaje con las marcas de los dientes de su pareja que acumuló la asombrosa cifra de 12 millones de visitas en minutos.
Incluso hay un video detrás de escena en el que la chica aparece mordiéndolo como si fuera un trozo de carne, para entonces dejar la mordida marcada.
La gente quedó muy impactada por el tatuaje de la mordedura y no tuvieron reparos en compartir sus opiniones, asegurando que era “asqueroso” y que se veía “espantoso”. Algunos incluso señalaron que ese tipo de tatuajes tenían una inspiración en los vampiros y si a eso se le suma el “amor”, parecería que fue sacado de la saga Twilight.
Pese al rechazo que esta idea generó, la gente de todas partes del mundo no ha dejado de hacer lo mismo, razón por la que ahora se ha convertido en una de las tendencias más bizarras en el mundo de los tatuajes en pareja.
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Las posibilidades son infinitas y usarios de TikTok han presumido sus tatuajes de mordida en el cuello, los brazos y hasta los glúteos, dejando claro el amor que tienen por su pareja.
Los tatuajes de pareja son una excelente manera de celebrar la vida que han construido juntos. Quizá para algunos no tiene sentido el dejar una huella imborrable de la dentadura de su ser amado pero si así son felices, ¿quiénes somos para juzgar?