La película de ‘Barbie’ ha traído de vuelta al fiebre por la famosa muñeca y no es para menos si ha sido uno de los juguetes más queridos y vendidos en todo el mundo. Creada en 1959 por Ruth Handler, Barbie ha sido un personaje muy importante dentro del mercado e incluso dentro de la cultura pop de los juguetes desde hace más de sesenta años.
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Si bien también ha sido objeto de críticas, finalmente las ha sobrellevado todas siendo un ejemplo para las niñas que sueñan a lo grande. Con la cinta live action protagonizada por Margot Robbie, la directora Greta Gerwig se ha encargado de hacerle frente a estas críticas burlandose de la muñeca misma al tiempo que le da un sentido más adulto respecto al proceso de crecer y madurar.
¿Existió competencia para Barbie? Quizá sea imposible obtener los números de la famosa muñeca pero hubo una serie de juguetes que la hizo temblar: las Bratz.
Bratz es una franquicia de medios y muñecas de moda estadounidense creada por el ex empleado de Mattel, Carter Bryant, para MGA Entertainment en 2001.
Promocionadas como “las chicas apasionadas por la moda”, Jade, Cloe, Yasmin y Sasha fueron las protagonistas de esta línea y cada una venía empaquetada con accesorios que iban acorde a sus diferentes estilos: zapatos de plataforma, teléfonos celulares, mochilas, prendas adicionales para combinar y accesorios para el cabello eran parte de la magia.
Además de estar a la moda, la cuatro muñecas eran una propuesta más diversa, con diferentes tonos de piel y de cabello y pertenecientes a diferentes etnias. Gracias a que su lanzamiento fue tan atractivo, la primera edición de Bratz fue un triunfo total, recaudando $ 97 millones en ventas globales en su primer año. Los ingresos aumentaron a dos mil millones en 2005, lo que llevó a la empresa a lanzar su propia película de acción en vivo, una serie animada y una colección de mascotas llamada Bratz Petz.
La controversia detrás de las Bratz
El éxito de Bratz puso a Mattel en apuros e incluso se enfrentaron en batallas legales relacionados con la propiedad intelectual debido a que son una creación de un ex trabajador del fabricante de Barbie.
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Fuera de los tribunales, las muñecas comenzaron a ser cuestionadas por los padres, quienes comenzaron a señalar que eran demasiado sexualizadas.
Bratz indudablemente llevó el discurso sobre la sexualidad femenina, la imagen corporal y la diversidad racial en el mundo de los juguetes cuando nadie se había atrevido a hacerlo. Actualmente los problemas legales siguen pues no se ha definido cantidades exorbitantes de tiempo y dinero tratando de determinar quién es el dueño de Bratz, pero el espíritu de las muñecas se ha mantenido libre gracias a la comunidad en línea.