El cambio climático es evidente y no podemos dejar de lado los efectos y consecuencias que recaen sobre nuestra naturaleza. Los glaciares ecuatorianos están desapareciendo ante nuestros ojos, y personas con gran sentido de valor y respeto hacia su trabajo han decido plasmar en fotografías hermosas los efectos del cambio climático.
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Para Andrés Molestina, deportista y fotógrafo de profesión dar valor a lo realmente importante como los siete glaciares de nuestro país y todo lo que se está perdiendo es fundamental y hoy nos habla de su proyecto de concientización Paisajes Efímeros.
Un proyecto que nos brinda conciencia
Hace unos tres años, Andrés decidió realizar una exploración a lo más súblime e icónico que tenemos los ecuatorianos y el mundo, nuestros glaciares, las cumbres que dejan ver paisajes maravillosos y atardeceres únicos. Para Andrés el objetivo era recrear un registro histórico de los siete glaciares tropicales que aún existen en Ecuador (Cotopaxi, Chimborazo, Antisana, Cayambe, Altar, Ilinizas y Carihuairazo).
El quiteño lo hace en una serie de expediciones en solitario a esas montañas, alrededor de dos meses le toma esta aventura y con una maleta de 25kg parte desde Quito para hacer un registro de sus visitas en unas postales que son dignas de ser admiradas y compartidas con el mundo. “En la montaña aprendí a cuidar de mi cuerpo, a aprovechar mi tiempo, a enfocarme y mantener mi claridad mental”, expresó.
¿Por qué es importante cuidar nuestros glaciares?
El deshielo de los glaciares es uno de los efectos más visibles del cambio climático; A medida que las temperaturas aumentan, iremos perdiendo estos majestuosos y antiguos reservorios de agua dulce. Las montañas enfrentan desafíos únicos a causa del cambio climático.
En los últimos 30 años, Ecuador ha perdido entre el 30% y el 50% de su masa glaciar. En los 1970, el Sincholagua (volcán ubicado al noreste del volcán Cotopaxi) estaba cubierto de nieve; hoy está desnudo. Y no es el único.
“Me duele saber que van a desaparecer y no puedo quedarme quieto”
Con el tiempo, él mismo empezó a notar los cambios. Durante su recorrido, Andrés empezó a notar que el camino tenía más restos de glaciar y varios cambios, así nos explica. “El camino de ascensión tenía más morrena (restos de glaciar), cada vez se podía recorrer más camino sin utilizar los crampones, había más espacios desnudos en la montaña y el glaciar estaba más y más arriba”.
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Cuando escucho hablar a Andrés puedo notar su gratitud, responsabilidad y agradecimiento con esta tierra que tanto nos ha dado. Además, de ver indignación por todo lo que el hombre y su accionar ha causado.
En sus redes sociales podrás ver las postales más increíbles, que además, son vendidas para recaudar el 10% de sus fondos e invertir en proyectos de reforestación. http://www.andresmolestina.com/portfolio-items/lifestyle/
Sin embargo, destacó ese sentimiento que ha nacido del profundo vínculo entre las silenciosas montañas y este hombre que escogió velar por ellas. No puedo decir más que gracias a Andrés por tan valiosa responsabilidad que ha adquirido y además, todo lo que representa su valioso trabajo. La concientización comienza con pequeños actos que finalmente se convierten en grandes cambios.