Lamentablemente vivimos en un mundo donde la imagen corporal tiene mucha importancia, por lo que es importante reforzar siempre la autoestima de nuestras hijas con ciertos consejos y hábitos que le permitirán reconocer su valor.
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Uno, que no está anclado a parecerse o no a los estándares de belleza, sino por su condición natural con sus atributos y defectos que la vuelven hermosa, por lo que no tiene que buscar complacer las expectativas de terceros sino las suyas.
Criar jóvenes con una buena valoración sobre sí mismas es importante para que crezcan estableciendo límites con los demás, cuidando de sí mismas con hábitos saludables y viviendo una vida en bienestar, lejos de trastornos alimenticios o depresión.
Cómo fortalecer el autoestima de tu hija para que tenga mucho amor propio
Da el ejemplo
Sería muy hipócrita de nuestra parte pretender que nuestra hija se quiera a sí misma, pero nosotras nos criticamos duramente, nos obsesionamos con la comida, queremos cambiar todo para parecernos a alguien más, nos burlamos de otras mujeres o no nos damos el puesto que merecemos.
Los niños y adolescentes aprenden con el ejemplo, así que las madres tienen un gran impacto en la imagen corporal de sus hijas.
Habla sobre la sociedad
Tal como recomienda Child Mind Institute, es importante también conversar con las jóvenes sobre las famosas que admiran, lo que ven en la televisión y redes sociales o les llega por publicidad.
Es decir, que sepan que esas apariencias no son reales, que hay intervenciones de filtros o ediciones, que la sociedad estableció ciertos prototipos que no determinan la belleza real y que no se crea lo que llaman “imperfecciones”, así ella podrá desarrollar un ojo crítico al respecto.
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Actividades recreativas y deportivas
La misma fuente apunta que estudios científicos descubrieron que hacer deportes en equipo desde temprana edad favorece a la autoestima, puesto que le permite “valorar a las personas por su interior, en lugar de mirar el físico o buscar a los chicos por validación”.
Asimismo, es bueno educarlas animándola a defender sus deseos y pensamientos, sin buscar complacer a los demás y respetar sus decisiones. Que ellas tengan su propio estilo y que los elogios no se centren meramente en la apariencia.