“Vedette” es un término muy popular en Latinoamérica, pero a la vez, una especie en extinción. Y en esta cuenta de Instagram se cuentan sus historias.
Luz Lancheros, MWN
Hoy en día, en la era del meme, nos morimos con los espectáculos impresionantes de Taylor Swift, Lady Gaga, Katy Perry, Beyoncé, etc. Ficheraz: una cuenta que rescata a las “sex-symbol” de antes
Pero todo su espectáculo, e incluso su silueta –y los trajes que la demarcan– vienen de las vedettes, aquellas mujeres que comenzaron a trabajar en los cabarets en el siglo XIX.
Estas fueron bailarinas, cortesanas e incluso estrellas de cine.
Y que, en Latinoamérica, además, fueron llamadas con un apelativo que se convirtió en un género en sí mismo: ficheras.
Y toda su historia cultural, sus imágenes y referentes los rescata el periodista mexicano Arturo Rico en la cuenta de Instagram @ficheraz.
Ficheraz: una cuenta que rescata a las “sex-symbol” de antes
Esta comenzó como proyecto escolar y que quería mostrar a todas estas mujeres que tenían múltiples habilidades. Que se vendían a ellas mismas como espectáculo.
Y que, sobre todo, dieron nombre a un género popular de cine en su país.
Pero que, además, venían –y vienen– de otras partes del mundo y redefinieron el stardom y la feminidad que estaba incluida como concepto.
Metro entrevistó a Rico sobre su proyecto.
¿Por qué con las vedettes y ficheras hay tanto de kitsch, actualmente?
–Obviamente todo esto tiene como antecedente como en el teatro francés, el cabaret, y justo tiene que ver lo drag como origen. Y se trata de exagerar las cosas a niveles extraordinarios.
De alguna manera, el concepto de vedette actual se basa en mujeres disfrazadas del concepto de lo que debería ser una mujer: con silueta pronunciada y con maquillaje llamativo, tipo Euphoria.
Esto viene del maquillaje teatral para acentuar esas facciones, para que este se pueda ver en todas las filas del teatro.
No es como en el cine, que hay close-ups.
Ahora bien, algo que me pareció muy gracioso es que en la gala del MET cuya temática fue el CAMP, mucha gente iba como vedettes, pero no tenían la referencia.
Y si te fijas, las vedettes eran las únicas que tenían un espectáculo como tal que las estrellas de pop rescataron hoy.
Y esa idea viene del cabaret: de matizar el erotismo y mostrar algo espectacular.
En aquella época, si competías en Las Vegas contra un Frank Sinatra, por ejemplo, tu espectáculo debía ser avasallante.
¿Qué hace que las vedettes todavía sean celebradas?
–Si bien estas estrellas vienen de ambientes como el cabaret francés o Las Vegas, acá tropicalizamos y adaptamos el género. Y la vedette latina es única en el mundo.
Eso las hizo tan exitosas: por, así suene estereotipado, su “sabor”.
Ahora bien, hablando con una vedette argentina, ella me decía que uno jamás deja de serlo, incluso fuera del escenario.
Y en eso son extremadamente públicas o muy privadas.
Por otro lado, el cine de ficheras nace precisamente cuando se masifica la idea de ver a estas mujeres actuar en un nivel más accesible para las masas.
Ficheraz: una cuenta que rescata a las “sex-symbol” de antes
De esa manera, existían tramas en las que los hombres podían tocarlas, hablarles e incluso entablar una relación con ellas.
¿Por qué tienes en la cuenta a mujeres como María Félix, Shakira o Christina Aguilera?
–A María Félix la incluí porque ella tuvo una temporada en la que trabajó en Francia y tiene una película llamada “French Cancan”.
Esta es una comedia romántica y está basada en cómo el can-can fue reemplazado por el Bellydance, donde no se bailaba Danza Oriental como tal, sino se hacía algo más orientalista.
Era más tipo Mata Hari, que era una mujer que tomaba elementos de Asia y los hacía espectáculo.
Por otro lado, muchas bellydancers tienen como primer referente a Shakira, que si bien no es bailarina, practica este arte. Y a Christina Aguilera, por lo que hizo en el videoclip de Moulin Rouge.
Es genial tener artistas que marcan estos encuentros. Y hacer esas proyecciones es muy interesante y llama la atención de las personas.
Carmen Miranda fue nuestra primera vedette exitosa en Hollywood. Pero nos dio un encasillamiento y exotización del que no hemos salido. ¿Qué piensas de eso?
–El burlesque viene de la palabra burla, y eran espectáculos que glorificaban lo políticamente incorrecto.
Por eso las mujeres se desnudaban y era irónico que la estrella fuera una drag u otro tipo de mujer (las drags chocaban con el estereotipo de la masculinidad de la época).
Incluso de allí viene el blackface.
Y por eso, antes de que Joséphine Baker irrumpiera en escena, las mujeres blancas se disfrazaban de mujeres racializadas.
A ellas las cubrían con pocas cosas y se creó un estereotipo que se explotó con éxito. Esto fue evolucionando, claro, pero aún sigue existiendo.
Por otro lado, hablando con las vedettes, ellas me decían: “si no lo haces tú, lo hará otra”. Y eso incluye exotizarse.
No estoy de acuerdo, pero es parte de la historia.
Ficheraz: una cuenta que rescata a las “sex-symbol” de antes
¿Qué pasó para que la vedette no sobreviviera en la era del Internet, sino que se convirtiera en un meme casi en todos los casos?
–Con las estrellas de antes, la industria acomodaba circunstancias para que se vieran como diosas.
Ahora, los filtros, maquillaje, etc, hacen que todos se puedan ver así. Actuaalmente, todos pueden cantar, bailar.
Y en un mundo donde todos pueden hacer todo, no tiene sentido la vedette.
Antes había una línea clara y divisoria entre ellas, las amas de casa y las mujeres de oficina. Y las dos últimas no querían ni aspiraban a ser como ellas.
Ahora el mercado permite todo esto.
Y ahora las ves en realities porque justo cuando se acaba la producción cinematográfica en Latinoamérica (finales de los 90) surgen figuras como Niurka, que son personajes mediáticos.
Además, aunque la juzgaran como vulgar y expuesta supo sobrevivir: de hecho, hasta ahora hace un reality, Rica Famosa Latina, pero pasó años haciendo un show sola en los medios.
¿Cuál es la relevancia de una vedette hoy en día?
–Es ver cómo hemos avanzado, pero que sus patrones culturales y estéticos se repiten, de cierta forma. Y ver cómo con ciertas famosas y eventos hay características similares de lo que hacían ellas en su época.
Y cómo seguimos reproduciendo su ideal de belleza, con esta “estética de Insagram” tan exagerada. Y esta cuenta, de esta manera, es un archivo para preservar la historia que no muchos conocen. Y que se sigue repitiendo.