Puede ser difícil ver a una amiga lidiar con las secuelas de una agresión sexual o un trauma físico y no saber cómo ayudarlos o qué decir.
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A veces, el apoyo que le brindamos a nuestros seres queridos que están sufriendo puede ser un arma de doble filo y no porque empeoremos las cosas, sino porque no terminamos de entender del todo lo que está sucediendo, lo que provoca que la otra persona se sienta sola.
Aunque a veces sientas que no estás ayudando, tu presencia ya es muy importante para esa amiga ya que es lo que le ayuda a adaptarse a la vida normal después de su incidente. Si no sabes por dónde empezar, aquí te decimos algunas formas simples en las que puedes acompañarla.
Los pequeños gestos ayudan mucho.
No es necesario hacer un gran gesto para marcar la diferencia. Una nota sincera, una comida, reír juntas o simplemente escucharla pueden ser de gran ayuda para liberar la atención, sentirse amada y apoyada.
No culpes a la víctima
Al hablar con alguien sobre su agresión, es importante que no hagas que tu amiga sienta que el incidente fue su culpa o que podría haber hecho algo diferente para prevenirlo. Frases como «¿por qué dejaste que te sucediera esto?» o «te hubieras vestido diferente, para qué fuiste, por qué no te alejaste antes» son peligrosas para alguien que aún está digiriendo lo sucedido. La sociedad ha normalizado culpar o cuestionar a la víctima antes que al agresor.
No la obligues a hablar
Una persona que sufre un trauma tiene que tomar la iniciativa para decir lo que quiere que sepas. Puedes escuchar y preguntar pero no hagas que se convierta en un interrogatorio, ya que eso podría ser amenazante y muy inquietante para tu amiga. Las personas traumatizadas solo pueden revelar lo que les sucedió cuando están listas y tan pronto como sea posible. Esto puede tomar tiempo pero siempre será válido.
Dale espacio
Es difícil encontrar un equilibrio entre hacer que tu amiga se sienta acompañada y darle su espacio. Lo mejor es hacer es hacerle saber a tu amiga que te importa y que estás disponible en caso de que lo necesite. De esa manera, no se sentirá obligada si no tiene ganas de pasar el tiempo juntas. Y hagas lo que hagas, nunca la obligues a «superarlo» o que «lo olvide». Ante todo demuéstrale que comprendes cuán profundamente le afecta y que quieres ayudar y acompañar en la medida que sea posible.
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Aprende
Los síntomas del trauma pueden ser confusos para alguien que no los ha experimentado de primera mano. Intenta leer sobre el tema. Cuanto más informada sobre el problema estés, más segura se sentirán ambas y más podrás apoyar.
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