La sociedad siempre ha dicho que las mujeres debemos complacer al hombre porque este es quien no garantiza cierto bienestar económico (porque según lo tradicional, mientras nosotras nos hacemos cargo de tener la casa limpia o la cena preparada, ellos se dedican a trabajar por horas para pagar las cuentas).
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Esto por supuesto ha ido cambiando con el tiempo pues cada vez nos enfrentamos a más exigencias que nos han obligado a tomar la batuta por igual.
Quizá has logrado un balance en tu relación. Quizá has logrado evitar peleas mayores y gracias a que eres la más tranquila, no hay grandes problemas entre ustedes. Sin embargo, muchas veces adoptamos actitudes sumisas que de alguna forma solapan actitudes machista de nuestra pareja.
A veces hay detalles tóxicos tan sutiles que los pasas desapercibidos como que haga comentarios sobre tu apariencia o tus opiniones, con el afán de controlarte. Hay muchas formas diferentes de estar en una relación no saludable, y no todas se centran en el abuso, o incluso en la negatividad.
El miedo a perder, a decepcionar o a disgustar a la persona que tanto amas puede orillarte a que seas demasiado complaciente o que pienses que ciertas actitudes son lindas cuando en realidad no lo son.
Las películas y libros de romance nos han hecho creer que los celos, la posesividad, el exceso de control que tu pareja ejerce sobre ti son muestras de amor, de que te quiere para él y que hará todo por tenerte a su lado.
Una pareja que busca tener control sobre ti aplicará constantemente el chantaje emocional, te manipulará para hacerte sentir culpable de los problemas que se generen «por tu forma de ser». Es así como nunca te darás cuenta de que algo está mal. Pensarás que realmente tienes la culpa y eso te llevará a ser aún más complaciente o a celebrar detalles «románticos» que en realidad son parte de la responsabilidad en pareja.
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Que tu pareja sea «sobreprotectora» también es una señal de alerta. Puede ser un acto amoroso basado en la bondad (aunque tampoco no es saludable) o puede ser un medio de poder y control.
Las parejas abusivas hacen un mal uso del poder y el control para mantener a sus víctimas bajo control. Puede pensar que solo te está manteniendo a salvo pero en realidad, está tratando de controlar una situación de la que no tiene control (como compensar en exceso el miedo a perderte en un accidente, por lo que nunca te deja conducir o irte de viaje sola). También fue representar un miedo a la infidelidad por lo que siempre te cuestiona cuando sales sin él.
Si has notado este tipo de actitudes, debes dejar de pensar que son románticas. No solapes su comportamiento, no seas demasiado complaciente porque eso puede escalar rápidamente a la violencia machista. Recuerda que esto no sólo es abuso físico sino también emocional.
El amor te ciega y hace que pierdas de vista el verdadero significado de una relación sana pero decir que hace esto por tu bien, es una forma de excusar su comportamiento tóxico. No absorbas sus miedo es inseguridades. No eres responsable de las decisiones que toma. Deja de justificarlo con que «está solo» o «necesitado de amor».
El amor de verdad es incondicional y complementario; no mereces menos que eso. Una relación de pareja debe ser una sociedad equitativa, tanto emocionalmente como en términos de poder y responsabilidad.
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