La berenjena es una planta de fruto comestible, generalmente anual, del género Solanum dentro de la familia de las solanáceas, y uno de los alimentos más versátiles de la dieta mediterránea con una larga lista de propiedades y beneficios.
Ahora, esta planta tiene un sabor amargo característico y que algunas personas no saben quitar al momento de prepararlas en un delicioso plato.
Y es que aunque sean solas, fritas, rebozadas, a la plancha o como acompañamiento, su amargor puede llegar a resultar desagradable para algunas personas.
Pero, si aprendes a quitar el amargor de las berenjenas puedes provocar que alguien que las aborrezca acabe disfrutando de ellas en una deliciosa preparación.
¿Por qué son amargas?
El toque amargo de las berenjenas se encuentra en su pulpa, motivo por el que no importa si está cruda o ha sido cocinada, siempre está ahí.
Da igual que se hagan al horno o se frían en aceite, ese amargor que contiene su jugo aparece cuando al cortarse entran en contacto con el aire.
Su pulpa tiene un doble componente: contiene los antioxidantes, responsables de sus cualidades y beneficios, pero al entrar en contacto con el aire éstos se oxidan.
Tres fáciles trucos para quitar el amargor
En esta oportunidad te presentamos tres trucos fáciles para que puedas lograr quitar el amargor de forma sencilla de las berenjenas.
Sal fina
Este es uno de los trucos más utilizados para quitar el amargor de las berenjenas y es añadir sal fina.
Las berenjenas se cortan en láminas y se colocan sobre un escurridor, formando una capa. Se añade una capa de sal fina abundante, se coloca otra capa de hortalizas encima y se vuelve a cubrir con sal.
Unos 15 ó 30 minutos después las berenjenas habrán escurrido su jugo. Sólo faltará aclararlas con agua fría para eliminar el exceso de sal.
Remojo con agua, sal y leche
Otro truco tradicional e igualmente efectivo es dejarlas en remojo con agua, leche y sal.
Las berenjenas se cortan al gusto, en láminas o en trozos alargados, se colocan en un cuenco y se cubren con agua y leche, añadiendo una abundante cantidad de sal, preferiblemente gorda.
Se tapa el cuenco y se deja en remojo media hora, tras lo cual hay que escurrirlas y aclararlas con agua fría.
Remojo con agua, sal y harina
El último truco es casi idéntico al anterior, pero sustituyendo la leche por harina.
Se coloca agua y abundante sal gorda en el cuenco con las hortalizas y se añade la harina al final. Pasada la media hora de remojo, se escurren y se aclaran con agua fría.
Propiedades de las berenjenas
– Contiene Vitamina A, B1, B2, C, ácido fólico, lo que ayuda a reforzar el sistema inmunológico.
– Ayuda a prevenir la artritis, osteoporosis y enfermedades del corazón porque esta hortaliza es rica en minerales como el potasio, calcio, magnesio, hierro y fósforo.
– Las berenjenas son bajas en calorías, libre de grasa y posee gran cantidad de agua; una taza de berenjenas contiene apenas 38 calorías.
– Es un alimento perfecto para quienes quieren perder peso.
– La piel de la berenjena tiene nasunina, un antioxidante que sólo posee esta hortaliza que se encarga de retardar el envejecimiento.
– Es recomendable para las personas que sufren de anemia al poseer un alto contenido en calcio, fósforo y hierro.
Beneficios de consumir berenjenas para el cuerpo
Digestiva
Las berenjenas son altas en fibra. Esto favorece el buen estado de la flora bacteriana. La berenjena se puede considerar un alimento ligero y digestivo siempre que se cocine de manera apropiada.
Fortalece para el sistema nervioso
Las berenjenas tienen un alto contenido de vitamina B6, B1 y magnesio en cantidades significativas que sirven para reforzar el sistema nervioso y mejorar el estado de ánimo. La vitamina B6 es especialmente recomendable durante el embarazo.
Baja el colesterol
Contribuyen a mantener el colesterol en niveles óptimos. Algunos compuestos de la berenjena inhiben la síntesis de colesterol en el hígado, mientras que otros evitan que se oxide y se adhiera a las paredes arteriales.
Ayuda a controlar el azúcar
Contienen muy pocos hidratos de carbono, mucha fibra, que reduce la velocidad de absorción de los azúcares en las personas que padecen diabetes.
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