La afirmación de que los hombres manejan un vehículo mejor que las mujeres es solo un mito. Lo que sí es cierto es que para dominar el volante es necesario perder completamente el temor. Pese a que posees licencia, carro propio y que incluso ya has manejado anteriormente, hay un miedo a conducir que te impide transitar en paz.
Los principales motivos que empañan la seguridad de una mujer al manejar es «sufrir un accidente», «lastimar a otras personas» y «verse estresadas en medio del incesante tráfico vehicular». Pueden tener excelentes habilidades para hacerlo, pero estas ansiedades invaden la mente.
¿Sabías que existe una fobia llamada Amaxofobia? «Amaxo» significa en griego coche o carruaje. Es el miedo exagerado para conducir un vehículo, impidiendo realizar la actividad con comodidad. Esta condición psicológica también se alimenta de dolorosos recuerdos de accidentes.
Síntomas del miedo a conducir
De acuerdo al portal Cuídate Plus, estos signos pueden ser cognitivos, visibles y fisológicos. El primer grupo responde a todo lo que es mental, es decir, preocupación, inseguridad, pensamientos negativos, déficit de atención y dificultad para tomar decisiones.
Los síntomas visibles se manfiestan por medio de los movimientos torpes o ilógicos que produce el nerviosismo. Y las señales fisiológicas indican un pulso acelerado, sensación de ahogo, molestias estomacales, tensiones musculares, mareos y sudoración profusa. Y como es evidente, manejar en estas condiciones es prácticamente imposible.
También es necesario acotar que no todo miedo es fobia, se puede temer sin la necesidad de ser un trastorno de ansiedad. Por ejemplo, es normal que ir al volante durante la noche en una carretera de escasa iluminación genere inseguridad para transitar con tu vehículo. Pero a partir de dicha experiencia, la idea de conducir sin sol puede comenzar a rechazarse de inmediato.
¿Y cómo superar el temor al volante?
Sobre todo para las mujeres que apenas inician su experiencia, hay recomendaciones para decir adiós al miedo a conducir. También es importante que cada una pueda descubrir cuáles son los momentos en que se siente insegura.
Tomar clases de manejo
Además de ser un requisito indispensable para obtener una licencia, la aprobación de profesores especializados es un plus anímico para continuar al volante. Los exámenes teóricos también son importantes para aprender cómo solucionar distintos episodios desde un vehículo.
Practicar en espacios abiertos y en compañía
Comenzar a manejar teniendo como coopiloto a una persona experimentada es vital. Alguien que te imparta sus conocimientos para conceptos básicos como el encendido del vehículo, los cambios de velocidad, la marcha en retroceso y otras especificaciones. Estas sesiones particulares levantan el autoestima a cualquier conductora.
Transita primero por lugares conocidos
Es una opción ideal para dar algunos paseos y evaluar cómo te sientes manejando. Poco a poco puedes incursionar en nuevas calles para conocer otros caminos y expandir tu mapa de conducción. Recuerda que hoy en día cuentas con la tecnología GPS que te guía en cualquier zona registrada.
Fuera de aquellos síntomas cognitivos o fisiológicos, el miedo a conducir nace de conductas propias de la personalidad. Esto va dirigido a quienes manifiestan una baja autoestima por motivos externos a lo que se vive propiamente en un vehículo.
Una personalidad perfeccionista también suele crear problemas al manejar, ya que un mínimo error les saca de control. Ir al volante es una práctica que si bien es de suma responabilidad debe generar placer. Los carros se inventaron para regalar comodidad, alcance de objetivos, superación propia y éxito.
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