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Dos formas deliciosas y saludable de hacer pechuga de pollo

Te compartimos dos recetas tan saludables como gustosas, para que prepares la pechuga de pollo de nuevas maneras y nunca te canses

La pechuga es la parte más magra del pollo, además es fácil de conseguir, práctica para preparar, nutritiva  y ligera. Por eso, en la mayoría de los menús saludables o para enfermos está la pechuga.

 

Sin embargo, llega un momento que ya no sabes cómo hacerla y puede tender a aburrirte.

Por eso, aquí te compartimos dos recetas tan saludables como gustosas, para que prepares la pechuga de nuevas maneras y nunca te canses, ni de su sabor ni de su presentación.

Fajitas de pollo con manzana

 

Ingregientes

  1. 6 milanesas de pollo
  2. 2 manzanas cortadas en gajos
  3. 1/2 barrita de mantequilla
  4. Media taza de nuez picada
  5. 1/2 taza de vino blanco
  6. 2 manojos de espinacas lavadas y desinfectadas
  7. Sal y pimienta al gusto

 

Instrucciones

Corta las milanesas en tiras cortas, sazona con sal y pimienta y reserva.En una cacerola derrite la mantequilla y añade las manzanas y la nuez, cuando estén brillosas agrega las fajitas y revuelve. Cuando el pollo comience a cambiar de color, vierte el vino y cocina a fuego a medio hasta que la carne esté cocida y el vino se haya evaporado. En una fuente de servir acomoda una cama de espinacas y encima pon la mezcla de pollo.

  1. También lee: Prueba esta rica ensalada mexicana con pollo perfecta para una cena saciante y saludable

Pechugas de pollo caprese

 

Ingredientes:

  1. 2 pechugas de pollo no muy grandes.
  2. Medio kilo de mozzarella fresca (o de búfala)
  3. 1 tomate
  4. 6 u 8 hojas de albahaca fresca
  5. Ajo granulado, sal y pimenta al gusto

Elaboración

Precalentar el horno a 190ºC. Secar las pechugas de pollo con papel absorbente. Con un cuchillo bien afilado, realizar unos cortes paralelos separados por, aproximadamente, 3 o 4 cm.

Coloca las pechugas en una bandeja, regar con un hilo generoso de aceite de oliva, salpimentar y añadir ajo granulado al gusto. Cortar los tomates lavados en rodajas que puedan encajar bien en los cortes.

Es preferible usar tomates duritos, para que aguanten mejor la cocción. Cortar también en rodajas la mozzarella escurrida. Introducir rodajas de tomate y queso en los cortes.

Hornear durante unos 20-25 minutos, dependiendo del grosor de la carne. Si hemos reservado mozzarella, rellenar los huecos de queso fundido con las rodajas y devolver al horno unos pocos minutos para que se empiece a fundir.

Añade unas hojas de albahaca fresca lavadas a cada corte y servir con un golpe más de pimienta negra

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