Desde que la Organización Mundial de la Salud declaró que el brote de COVID-19 era una pandemia mundial, muchas personas han caído en pánico, ansiedad y estrés. Y es que incluso si nos has sido infectada por el virus o has estado en situaciones vulnerables que te hagan vulnerable, es difícil no caer en alteraciones emocionales.
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Hoy, muchas ciudades alrededor del mundo han promovido que las personas tomen medidas de prevención para evitar contagios. Se han cancelado reuniones, espectáculos y viajes y se ha pedido a todos que se queden en casa. Por ahora, el aislamiento es indefinido y si estás embarazada esto puede provocarte más ansiedad que al resto.
Seguramente ya has escuchado de la depresión posparto y todo lo que este provoca. Pero hay otras condiciones del estado de ánimo que pueden afectar tu embarazo desde el principio.
Entre las causas de ansiedad en el embarazo están los cambios hormonales que pueden afectar los químicos en el cerebro. El embarazo también es un momento de grandes cambios. Algunos de estos sentimientos y sensaciones son geniales, pero otros son francamente incómodos y atemorizantes.
Los síntomas de ansiedad durante el embarazo incluyen:
-Nerviosismo incontrolable
-Preocuparse demasiado por las cosas, especialmente tu salud o de tu bebé.
-Incapacidad para concentrarte
-Sentirte demasiado irritable o agitada
-Tensión muscular
-Insomnio
Ocasionalmente la ansiedad puede convertirse en ataques de pánico que hacen que pienses en situaciones catastróficas todo el tiempo. Con una pandemia fuera, un montón de información circulando por todas partes y la incertidumbre, parece imposible no abrumarse a este grado.
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Tranquila, estos son algunos de los remedios para calmar tus nervios y sobrellevar el aislamiento.
Los casos leves de ansiedad generalmente no requieren ningún tratamiento específico, aunque es una buena idea mencionar sus sentimientos a tu médico.
Si te sientes demasiado ansiosa, es importante que lo hables, ya sea con tu pareja o algún familiar o amigo cercano. Aunque por ahora lo mejor es no acercarte a nadie, no dudes en hacer una llamada o escribir. ¡Fortalece tu red de apoyo remoto! El hecho de compartir tus pensamientos y sentimientos puede ser suficiente para minimizarlos. Incluso puedes buscar ayuda de un profesional por teléfono o mensaje.
Libera tensiones, manteniendo tu mente y cuerpo activos
Puedes probar actividades que ayuden a tu cuerpo a liberar endorfinas. Practica meditación guiada o ejercicios de respiración profunda. Incluso puedes buscar videos de yoga prenatal. Hoy en día hay todo un catálogo de actividades para embarazadas en Youtube. Siempre pregunta a tu médico qué tipo de ejercicios puedes hacer.
El American Institute of Stress recomienda la respiración abdominal profunda durante 20 a 30 minutos por día para ayudar con la ansiedad. Hacerlo ayudará a proporcionar más oxígeno a tu cerebro y a estimular tu sistema nervioso, además de que hará que te concentres en otras cosas, fuera del caos.
Dibuja o escribe
Las mandalas te ayudan a enfocar tu atención en las formas y colores, lo que permite calmar tus pensamientos caóticos. También puedes recurrir a los garabatos (Zentangles), sólo necesitas una hoja y un bolígrafo. Deja que tu imaginación haga lo suyo. No necesitas ser una experta dibujante, basta con que hagas espirales, círculos o lo que sea que venga a tu mente. Existen videos gratuitos en línea de los que puedes aprender.
A veces puedes no tener ganas de hablar pero todos esos pensamientos necesitan un lugar a donde ir. Comienza un diario donde puedas expresar tus sentimientos sin temor a ser juzgada. Puedes descubrir que escribir lo que sientes ayuda a organizar o priorizar tus preocupaciones. También puede ayudarte a distinguir los factores desencadenantes de tu ansiedad y así compartirlos con tu médico.
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