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Toda la información del mundo en sus teléfonos celulares, una lista infinita de posibilidades en sus bolsillos. Las y los adolescentes entienden el mundo digital y sus herramientas con una perspectiva que no sólo los conecta con todo el planeta, también les da la oportunidad de hacer y deshacer en formato video.
Con 18 años, Ignacia Hernández, más conocida como Ignacia Antonia, se ha convertido en la influencer chilena con más llegada en TikTok, alcanzando casi los 10 millones de seguidores en la plataforma con mejores números en la actualidad. Una red social que basa su éxito en la creación y edición de clips, donde demuestra sus aptitudes para el baile y el humor.
Siempre fiel a su identidad y respetuosa con sus procesos adolescentes, la famosa tiktoker es más que una creadora de contenidos digitales. Con dos libros editados, y uno más en camino, la chilena recorre el continente firmando Atrévete a soñar y El sueño continúa, las vivencias en forma de diario de vida que la terminan de acercar a sus fieles fanáticos.
Recién egresada de Cuarto Medio, Ignacia comienza a perfilar su futuro: una incursión musical que parte con su canción Que me olvides, invitaciones para aparecer en videos de artistas de la talla de Nicky Jam, y un inminente proceso de madurez que la hace valorar a sus amistades y dosificar las ansiedades típicas de la edad.
Cómo partió y hacía dónde aspira dirigirse, en una conversación con la ídola adolescente indiscutible de internet, una chica que, de un día para otro, tuvo que entender, junto a su familia, de qué iba este fenómeno de pasar de ser famosa en las redes a sacarse fotografías en la calle.
Body y pantalón, Spaccio Terranova
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Medias, Caffarena
¿Cómo recuerdas tu primer acercamiento a las redes sociales y en qué momento te diste cuenta que eras una influencer?
Durante el 2014, Instagram empezaba a ser popular, pero mis papás no me dejaban tener. Ni siquiera tuve Facebook, ninguna red. En el 2015, les pedí permiso y empecé a tener una actividad normal, subiendo fotos de mis ensaladas, de mis tardes. Después descargué Musica.ly, que ahora es TikTok. Nunca caché que era una red social, pensé que era una aplicación para hacer videos y ya, hasta que me di cuenta que tenía corazones en los videos que subía. Fue todo muy rápido. La primera foto me la pidieron cuando tenía 7 mil seguidores en Instagram y me costó dimensionar que ese número eran personas mirando. Recién a la tercera foto empecé a entender que “wow, la gente me está reconociendo”.
Top, Caffarena
Falda, Spaccio Terranova
Chaqueta, Neutro
Zapatillas, Bata
¿Y cómo te sentiste con esto, cómo se sintió tu familia?
Fue un reto porque no sólo tuve que entender yo, también mis papás y mi hermano de catorce años. No sé si tuve miedo, pero fue extraño. Teníamos una vida tan normal y corriente, y de la nada pasé a ser Ignacia Antonia. En lo cotidiano, cambió la rutina, nuestra semana pasó de ir al colegio de lunes a viernes, el sábado ir a comer algo y el domingo ver a los abuelos, a hacer algo todos los días después de clases y viajar el fin de semana a juntas o eventos. Nos fuimos adaptando juntos a las fotos, a que tiendas me ofrecieran canje, a saber que mucha gente sabía quién era. Lo sentí real en el colegio, cuando profesores y compañeros andaban pendientes de quién era y qué hacía. Imagínate que una vez a mi tata, que tiene una verdulería, le preguntaron si era algo mío, porque lo reconocieron por un video. Hasta hoy familiares de otras regiones nos llaman para preguntar por qué niñas de Coyhaique saben quién soy.
¿Fue difícil ser una estudiante común con esa cantidad de seguidores?
Cuando partí, hubo un momento en el que necesité el apoyo de mis compañeros, y lo tuve, pero no fue un apoyo desinteresado. Me sentía muy emocionada de lo que me pasaba, pero ellos no parecían estar contentos con eso; todo se trataba de “etiquétame en esto”, “súbeme los seguidores”. Puede sonar tonto, pero son detalles que me hacen sentir incómoda. Me dio pena estar tan feliz y sentir que si lo contaba se lo iban a tomar mal, que yo les iba a caer mal. En febrero del 2019, entré a otro colegio, uno en el que me aceptaron como era, con lo que hacía. Les llamó mucho la atención todo lo que estaba pasando. Justo ese verano participé del matinal de TVN como doble de Shakira y eso subió mucho mis seguidores. Empezaron a llegar proyectos con marcas. Sabía que tenía que hacer cosas después del colegio y, en el que estaba, no lo iban a permitir. Mi nuevo colegio era todo lo contrario.
¿Fue la decisión correcta cambiarte de colegio a sólo un año de salir?
La mejor. Siempre fui muy cuadrada, la primera de la clase, con premios. Cuando entré al nuevo cole, nadie sabía quién era y fue hermoso. A los dos días, tenía amigas y recién a la semana me preguntaron por qué tenía tantos seguidores. Fue tan distinto, nunca sentí envidia, siempre hubo interés en conocer cómo pasó y qué se venía. Me dijeron que me apoyaban en todo y, como no estaba acostumbrada a eso, me hicieron sentir muy bien. Es difícil cambiarse en Tercero Medio, pero soy drástica. Es una de las mejores decisiones de mi corta vida. Encontré amigos de verdad. Hace poco nos fuimos de vacaciones y se encargaron de pedir que no nos molestaran cuando estábamos comiendo o conversando. Están en todo, me cuidan, no me podría arrepentir.
Ahora que ya saliste del colegio, ¿planeas estudiar algo?
Salí de un colegio que se enfoca en formar personas, niños que salen con un plan. Me acuerdo que estaba muy angustiada por todo lo que se venía, mi cabeza sólo pensaba en la universidad, en el NEM, en las actividades de TikTok. Estaba haciendo tantas cosas que no cumplía bien ninguna. Un día me topé con la directora y me preguntó “¿te gusta hacer esto? Entonces, dale. Si quieres estudiar en dos años más, la vida te va a esperar. Si esto que haces ahora te gusta, hazlo y hazlo bien, porque quizás en dos años no vas a poder hacerlo. La universidad va a seguir ahí en dos años”. Eso me hizo sentir tranquila, me sentí tan apoyada. Planeo estudiar el próximo año, ya veremos qué. Éste voy a dedicarme a hacer preuniversitario para no perder el hilo, voy a hacer cursos de inglés.
¿Cómo ves el estallido social que fue, justamente, impulsado por los y las secundarias?
Salí un par de veces a las manifestaciones en Plaza Italia y Plaza Ñuñoa. Siento que es tan bueno que los jóvenes, esta nueva generación, se estén expresando. Somos la generación del cambio. Estoy muy contenta de tener a nuestro favor las redes sociales para impulsarlo. El estallido social comenzó por estudiantes, claramente el cambio va a partir por ellos, y tenemos que ser partícipes de los procesos cívicos que vamos a vivir este año para que logremos un cambio real.
¿Cuál es tu opinión respecto a lo que se vivió hace algunas semanas con la rendición de la PSU?
La PSU no mide la inteligencia ni es un buen instrumento de medición para entrar a la universidad, porque uno se somete a un estrés gigante. A mí no me importaba tanto darla, porque estaba convencida de entrar a estudiar el 2021, pero, aún así, me metieron una presión social que es horrible. Dar una prueba así de importante, con este estrés, no lleva a medir nada. No estoy de acuerdo con la violencia que se vivió hace unas semanas, pero es evidente que no estamos frente a una buena forma de entrar a la “u”. Ojalá que cambiaran el método de ingreso, siento que sería lo mejor.
¿Cómo llegaste a incursionar en la música y a escribir?
Estoy tomando clases de canto y haciendo hartos proyectos. Muchas veces me propusieron hacer una canción, pero pensaba que era una falta de respeto para la gente que, efectivamente, canta. Que me olvides llega justo en un momento en el que tenía que decir muchas cosas, pero no sabía cómo, lo tomé como una señal. Fuimos a Miami a grabar, compusimos con dos productores y una vocal coach, todos juntos. Les conté mi historia con lujo de detalles y me animaron a entender que los cantantes no sólo son eso por cantar, muchas veces son cantantes porque comunican, y ese era mi caso. Estaba con clases de locución, que habían pasado a clases de canto, algo de preparación había. La música me ayudó a plasmar cosas que no podía externalizar. Me saqué un peso de encima, quedé bien, cerré un tema emocional.
¿Y los libros?
Sobre los libros, me contactaron desde la editorial, porque en España una influencer sacó un libro y le fue muy bien. La idea era probar acá, pero no quería hacer algo como “tips para triunfar en internet”. Les dije que quería probar con el formato de diario de vida, que me gusta desde que leí El diario de Ana Frank y Corazón, diario de un niño en el colegio. Quise aprovechar la oportunidad de explicar y contar cosas para que me conocieran a fondo, para que entraran un poquito más a mi vida. El primero parte el 2016 y el segundo llega hasta el 2019. Ya estoy preparando una tercera parte y siento que será mucho más íntimo, enfocado en el año pasado, con recuerdos frescos y con las cosas que pasen este año. Será mi último diario de vida.
¿Cuál crees que es la diferencia entre TikTok y otras redes sociales de moda, como Instagram?
TikTok es una aplicación muy sana, Instagram no es tan inocente, TikTok sí. Lo mejor es que cada uno encuentra su espacio: si te gusta el maquillaje, el deporte, la comedia, cantar, bailar, editar videos, vas a encontrar gente para seguir y gente que te siga. Hay para todos los gustos. En TikTok cada uno es lo que quiere ser, siento que es una app que te ayuda a perder la vergüenza, el miedo a la crítica, al ridículo, te hace sentir más seguro de ti mismo. Me gusta que niñas y niños crezcan sin miedo al ridículo. Partí haciendo videos porque me divertía, y ahora soy capaz de identificar mis virtudes y talentos, y a muchas personas les pasa. Puedes conocer otras culturas, hay gente de todas las edades –a diferencia de Instagram que te puedes loguear sólo si eres mayor de trece años–. No quiero quedarme estancada ni pegada en una sola rama de TikTok, quiero probar nuevas áreas. En internet, si te quedas pegado haciendo lo mismo que todos, pierdes la gracia. ¿Para qué sigo a esta persona si hace lo mismo que el otro? Quiero renovarme, eso planeo hacer este 2020.
Vestido, María Eugenia
Alta Costura
Pantys, Caffarena
Zapatillas, Bata
Se hacen muchas críticas al uso de las redes, como que estamos todo el día en ellas, que dejamos de interactuar entre nosotros. ¿Lo sientes tan así?
¡Para nada! Mi creatividad ha crecido en un ciento por ciento. Cada uno hace las cosas a su estilo. Hay videos que son tendencia y todos replicamos, pero eso es ponerle de la cosecha personal, es la demostración de la creatividad apropiándose de un código general de internet y hacerlo tuyo. Esta app se hizo conocida porque una canción tiene mil formas. Cantas con las manos y todos hacemos eso de manera distinta, como los corazones. Algunos lo hacen como los coreanos, otros con ambas manos, otros con dos dedos, otros lo dibujan en el aire. Es tu sello y encontrar tu sello permite hacer volar tu imaginación. Se ríen de nosotros porque estamos todo el día en el teléfono, pero no le veo el problema a estar bailando, divirtiéndose y estimulando nuestra imaginación. TikTok representa súper bien cómo han cambiado las formas de divertirse. Me entretengo, no sé qué tiene de malo eso.
Revisa el backstage de la sesión de fotos de Ignacia Antonia para Nueva Mujer
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