Cuando te rompen el corazón, es inevitable sentir que el mundo se te viene encima. Es una mezcla de emociones que te van enredando poco a poco en un laberinto sin salida. Por un lado, quieres ponerte de pie y seguir pero por otro, piensas que tus pies no soportarán el peso de tu cuerpo.
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Tener el corazón roto significa que confiaste y te traicionaron, que luchaste y te dieron por la espalda de forma inesperada. Pero también significa que tienes un alma bella y que en tu interior hay mucho amor para dar. Y aunque duele, debes entender y hacerle entender a otros que no estás rota ni necesitas reparaciones. Lo que necesitas tiempo y espacio.
No importa dónde estés en este momento. Ya sea que estés sentada sola en tu habitación en completa oscuridad o que estés en el trabajo, tratando de aparentar que pasaste la noche, debes saber que eres más fuerte de lo que crees y que saldrás de esto y más.
Respira, abrázate, cierra los ojos y permítete estar en tu lugar seguro y feliz. Olvídate del mundo que te trata como una muñeca rota.
Parte del dolor de un corazón roto proviene no solo del miedo a estar sola, sino también del miedo a sentirte sola, como si nadie pudiera entender por lo que estás pasando. Pero no importa por cuántas personas estés rodeada, sólo tú tienes control sobre este momento. Tomará tiempo, pero lo lograrás. Eres capaz de levantarte cuantas veces sea necesario.
Ante todo, quiero que sepas lo hermosa que eres. Tu sonrisa es capaz de iluminar al mundo así que no permitas que nada ni nadie te la quite. No estás rota, no necesitas reparaciones. Date tu tiempo y tu espacio pero por favor, busca siempre tu felicidad.
Nada de esto es tu culpa. Mientras más entiendas lo mucho que vales, más poder le quitas a la tristeza y más pronto puedes sanar.