Fabrizio Stabile, de 29 años, surfeó en una piscina de olas en Texas, sin saber que sería la última vez: la ameba come cerebros le quitó la vida.
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El hombre, después de nadar, comenzó a sentir fuertes dolores en la cabeza, explicaron sus amigos a la prensa. Tomó un par de calmantes y se acostó a dormir, con la esperanza de que el dolor desapareciera.
Al día siguiente tenía un malestar más intenso, al punto que Fabrizio no podía levantarse de la caminar, caminar o hablar con coherencia.
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La inflamación del cerebro y la fiebre que presentaba, eran compatibles con meningitis bacteriana. Recibió tratamiento para ese diagnóstico, sin presentar mejorías.
Los médicos realizaron múltiples pruebas hasta llegar al diagnóstico correcto: meningoencefalitis amebiana primaria, ocasionada por el parásito Naegleria fowleri, mortal en el 98% de los infectados.
Cómo afecta al paciente la ameba come cerebros
La infección por la ameba come cerebros destruye por completo el tejido cerebral, inflama el cerebro y produce la muerte.
Presta atención en dónde te sumerges ya que la Naegleria fowleri puede estar presente en cuerpos de agua dulce, aguas residuales, piscinas con mal mantenimiento y fuentes de agua potable geotermal.
El parásito puede sobrevivir en temperaturas que superan los 46°C.