Adoptar mascotas se ha vuelto una de las prácticas más comunes actualmente. El amor incondicional que los animales nos dan es la debilidad para gastar miles de pesos en su mantenimiento.
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Sin embargo, muchas personas lucran con la vida de los animalitos o estafan a sus clientes para que los adquieran. Desde los mini cerditos que crecen para convertirse en enormes cerdos de varios kilos, estos son casos muy comunes.
Una historia que pocos pueden creer
Algo similar sucedió en China, cuando una familia adoptó a un cachorro que creían era un mastín tibetano. Podemos recordar que esta raza de perros es grande y con una apariencia hasta cierto punto un tanto temible.
Sin embargo, dos años después y con 200 kilos de peso se dieron cuenta que no era un perro, ¡era un oso negro! Aunque parezca una broma esta familia vivió engañada pensando que era un can demasiado grande.
“Se podía comer una caja llena de frutas y dos ollas de fideos al día”, aseguró la madre de familia.
Tuvieron que pedir ayuda
Los propietarios del oso optaron por acudir a la Policía Forestal cuando descubrieron lo que había sucedido, al darse cuenta de la situación y el peligro que podía conllevar continuar con él.
Las autoridad confirmaron que se trataba de una especie protegida llamada oso negro asiático y lo enviaron al centro de vida silvestre para que pudiera tener una atención especializada. Afortunadamente sus dueños habían tenido un gran cuidado del animal y éste no tenía ningún problema de salud.
Este tipo de osos están en peligro de extinción gracias a la caza y al tráfico ilegal.
Por los buenos cuidados que le dieron sus amos el animal no tenía lesiones ni problemas de salud.
Desafortunadamente en la actualidad los osos negros se encuentran en peligro de extinción y son objeto de tráfico ilegal por parte de contrabandistas, ya que muchas personas suelen usar partes de su cuerpo para la fabricación de medicamentos.