Lifestyle

Esteban Cortázar: “No tuve el orgullo de siempre cuando Melania Trump usó mi vestido”

El niño prodigio de la moda y uno de los pocos diseñadores latinos en la gran industria, habló con Metro sobre cómo su historia se hizo universal.

Luz Lancheros, MWN

Tiene tan solo 33 años y hace 10 ya era director creativo de Ungaro. Esteban Cortázar, nacido en Bogotá, comenzó solo con 13 años en la industria de la moda y desde que mostró sus sketches a Todd Oldham, hasta ver sus vestidos en famosas como Madonna y su salida de la casa italiana (debido a que se nombró a Lindsay Lohan como co-directora creativa), ha pasado bastante. Y mucho más desde que sus colecciones comenzaron a venderse en Net-A-Porter y donde comenzó a ser conocido mundialmente. Además, en este año, la consagración comenzó con el proyecto internacionalmente conocido de “Colombia by Esteban Cortázar at Colette”, que hizo con la icónica tienda francesa de moda, donde mostró la exuberancia y belleza de su país de origen, al lado de figuras como J Balvin, a través de prendas, marcas y elementos puramente colombianos. Acaba de presentar su última colección en la Semana de la Moda de París.

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Pero Esteban ama que la moda sea accesible y más en su país. Hace siete años lanzó su propia marca con el supermercado colombiano Éxito y esta vez, trasladó todo el chic parisino a la marca Seven Seven, donde a través de esa estética moderna, tan instagrameable, tan juvenil y accesible, rescata su esencia y se reafirma como uno de los mejores y más reconocidos diseñadores latinos en la actualidad. Metro habló con él sobre su evolución creativa y su esencia.

¿Cómo sientes que has evolucionado desde que lanzaste tu primera colección en Net-A-Porter y vives en París?

Yo creo que es un proceso de la vida, un proceso que viene con los años, hice mi colección con Net-A-Porter en 2011, 2012. Esto me ayudó a crear dos colecciones al año y abrir mi distribución mundialmente y venderle a diferentes tiendas. También me ayudó a madurar como diseñador y como ser humano.

¿Qué es ser un diseñador latino pero al mismo tiempo dar una línea universal a las prendas y así, destacar en el proceso?

Tiene que ver con vivir, con tener experiencia, con cultura, con viajar, con la gente que tiene uno alrededor: yo voy mezclando todas las vivencias que he tenido. Nací en Bogotá, crecí en Miami, llegué a Nueva York y vivo en París. A los 33 años he tenido como hogar cuatro diferentes ciudades y creo que eso me ha hecho tener una perspectiva distinta del estilo, de la moda, de la cultura, de la forma como vivo y veo a otros vivir.

¿Qué te hace diferente a tantos diseñadores latinos que presentan sus colecciones en las grandes capitales?

Primero, la mezcla que hay en mi trabajo: siempre hay esta sensualidad latina, el color y sabor de mis orígenes en mi alma, corazón y mi ser. Todo esto se mezcla con esa sofisticación francesa, sobre todo en la forma como están hechos los acabados, las prendas, la forma como están cosidas, el corte. El “know how” lo aprendí en París, en ninguna otra parte lo he aprendido como allí. Y mezclar esos dos mundos forma mi estética.

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«Quería celebrar a Colombia en Colette, pero no desde la apariencia ‘elegante’ sino desde lo auténtico, lo popular, lo que maravilla al extranjero de mi país» 

¿Cómo fue vestir a Melania Trump?

Eso fue una sorpresa para mí. Sinceramente, no soy un gran admirador de Trump, pero me levanté el 5 de julio con esa sorpresa de que Melania se había puesto mi vestido para una ceremonia tan importante como el 4 de julio en la Casa Blanca y normalmente me hubiera sentido muy orgulloso, pero desafortunadamente no tuve ese orgullo que me hubiera generado esto. De todos modos, al mismo tiempo, ella es una mujer bella, se ve muy linda en mi vestido y me sentí también orgulloso de saber que ella también escogió mi vestido y se lo puso. Pero, si te soy sincero, yo me siento de otra forma.

¿Cómo fue el proceso de mostrar identidad colombiana para los ejercicios de Colette en París y en Seven Seven?

Se trataba de celebrar Colombia. Que mostrara su esencia cultural, pero no la esencia de aparentar ser elegantes o “chic”, sino que se sintiera algo que fuera auténtico, de la calle, del pueblo, de la gente, de la parte popular, de lo que es Colombia. De lo que hace cualquier extranjero de venir a mi país y decir “wow” . Yo quería mostrar eso a través de las prendas.

En este caso vemos el aire parisino y prendas accesibles, también…

Era tener cosas básicas que usamos todos los días (hoodies, camisetas, etc.) y darles ese toque que tuviera sentido del humor, como las palabras que usamos, o las partes gráficas. También el color, usamos muchos colores primarios, que hicieran pensar en la bandera colombiana o en la bandera francesa. Al final fue fácil, el proceso creativo. Yo sabía muy bien lo que quería y no fue difícil llegar a esto.

En el caso de lo que presentaste en Primavera/Verano 2018, ¿cómo fue trasladar esto a siluetas deconstruidas y colores?

Fue muy espontáneo: al final, cuando ya el desfile pasó que me di cuenta que teníamos esta celebración de Colombia en el desfile. Fue lindo para mí verlo de esa forma porque no lo planeé. Este cerró con los colores de mi bandera y también siento que fue bello porque todo estaba en el aire: lo de Colette, mi estudio, todo lo que hicimos este año estaba ahí. También en la música que usamos. Todo lo que hicimos en el desfile al final tenía esa esencia.

 

¿Por qué crees que lo de Colette en París tuvo tanta resonancia?

Porque fue algo muy nuevo. Algo que nunca antes se había hecho, fue el primer proyecto latino que Colette tuvo como tienda y para mí esto fue un gran honor. No solo fue latino sino colombiano y se hizo de corazón. Hoy en día hay tantas cosas. Mucha gente las hace. Hay muchas marcas, muchas redes sociales, pero lo más auténtico es lo que más habla. Cuando alguien dice: “Esto no lo he visto antes, esto viene de la esencia de alguien”, eso es lo que habla a toda la gente. A la juventud.

Luz Lancheros, MWN

Tiene tan solo 33 años y hace 10 ya era director creativo de Ungaro. Esteban Cortázar, nacido en Bogotá, comenzó solo con 13 años en la industria de la moda y desde que mostró sus sketches a Todd Oldham, hasta ver sus vestidos en famosas como Madonna y su salida de la casa italiana (debido a que se nombró a Lindsay Lohan como co-directora creativa), ha pasado bastante. Y mucho más desde que sus colecciones comenzaron a venderse en Net-A-Porter y donde comenzó a ser conocido mundialmente. Además, en este año, la consagración comenzó con el proyecto internacionalmente conocido de “Colombia by Esteban Cortázar at Colette”, que hizo con la icónica tienda francesa de moda, donde mostró la exuberancia y belleza de su país de origen, al lado de figuras como J Balvin, a través de prendas, marcas y elementos puramente colombianos. Acaba de presentar su última colección en la Semana de la Moda de París.

Pero Esteban ama que la moda sea accesible y más en su país. Hace siete años lanzó su propia marca con el supermercado colombiano Éxito y esta vez, trasladó todo el chic parisino a la marca Seven Seven, donde a través de esa estética moderna, tan instagrameable, tan juvenil y accesible, rescata su esencia y se reafirma como uno de los mejores y más reconocidos diseñadores latinos en la actualidad. Metro habló con él sobre su evolución creativa y su esencia.

¿Cómo sientes que has evolucionado desde que lanzaste tu primera colección en Net-A-Porter y vives en París?

Yo creo que es un proceso de la vida, un proceso que viene con los años, hice mi colección con Net-A-Porter en 2011, 2012. Esto me ayudó a crear dos colecciones al año y abrir mi distribución mundialmente y venderle a diferentes tiendas. También me ayudó a madurar como diseñador y como ser humano.

¿Qué es ser un diseñador latino pero al mismo tiempo dar una línea universal a las prendas y así, destacar en el proceso?

Tiene que ver con vivir, con tener experiencia, con cultura, con viajar, con la gente que tiene uno alrededor: yo voy mezclando todas las vivencias que he tenido. Nací en Bogotá, crecí en Miami, llegué a Nueva York y vivo en París. A los 33 años he tenido como hogar cuatro diferentes ciudades y creo que eso me ha hecho tener una perspectiva distinta del estilo, de la moda, de la cultura, de la forma como vivo y veo a otros vivir.

¿Qué te hace diferente a tantos diseñadores latinos que presentan sus colecciones en las grandes capitales?

Primero, la mezcla que hay en mi trabajo: siempre hay esta sensualidad latina, el color y sabor de mis orígenes en mi alma, corazón y mi ser. Todo esto se mezcla con esa sofisticación francesa, sobre todo en la forma como están hechos los acabados, las prendas, la forma como están cosidas, el corte. El “know how” lo aprendí en París, en ninguna otra parte lo he aprendido como allí. Y mezclar esos dos mundos forma mi estética.

«Quería celebrar a Colombia en Colette, pero no desde la apariencia ‘elegante’ sino desde lo auténtico, lo popular, lo que maravilla al extranjero de mi país» 

¿Cómo fue vestir a Melania Trump?

Eso fue una sorpresa para mí. Sinceramente, no soy un gran admirador de Trump, pero me levanté el 5 de julio con esa sorpresa de que Melania se había puesto mi vestido para una ceremonia tan importante como el 4 de julio en la Casa Blanca y normalmente me hubiera sentido muy orgulloso, pero desafortunadamente no tuve ese orgullo que me hubiera generado esto. De todos modos, al mismo tiempo, ella es una mujer bella, se ve muy linda en mi vestido y me sentí también orgulloso de saber que ella también escogió mi vestido y se lo puso. Pero, si te soy sincero, yo me siento de otra forma.

¿Cómo fue el proceso de mostrar identidad colombiana para los ejercicios de Colette en París y en Seven Seven?

Se trataba de celebrar Colombia. Que mostrara su esencia cultural, pero no la esencia de aparentar ser elegantes o “chic”, sino que se sintiera algo que fuera auténtico, de la calle, del pueblo, de la gente, de la parte popular, de lo que es Colombia. De lo que hace cualquier extranjero de venir a mi país y decir “wow” . Yo quería mostrar eso a través de las prendas.

En este caso vemos el aire parisino y prendas accesibles, también…

Era tener cosas básicas que usamos todos los días (hoodies, camisetas, etc.) y darles ese toque que tuviera sentido del humor, como las palabras que usamos, o las partes gráficas. También el color, usamos muchos colores primarios, que hicieran pensar en la bandera colombiana o en la bandera francesa. Al final fue fácil, el proceso creativo. Yo sabía muy bien lo que quería y no fue difícil llegar a esto.

En el caso de lo que presentaste en Primavera/Verano 2018, ¿cómo fue trasladar esto a siluetas deconstruidas y colores?

Fue muy espontáneo: al final, cuando ya el desfile pasó que me di cuenta que teníamos esta celebración de Colombia en el desfile. Fue lindo para mí verlo de esa forma porque no lo planeé. Este cerró con los colores de mi bandera y también siento que fue bello porque todo estaba en el aire: lo de Colette, mi estudio, todo lo que hicimos este año estaba ahí. También en la música que usamos. Todo lo que hicimos en el desfile al final tenía esa esencia.

 

¿Por qué crees que lo de Colette en París tuvo tanta resonancia?

Porque fue algo muy nuevo. Algo que nunca antes se había hecho, fue el primer proyecto latino que Colette tuvo como tienda y para mí esto fue un gran honor. No solo fue latino sino colombiano y se hizo de corazón. Hoy en día hay tantas cosas. Mucha gente las hace. Hay muchas marcas, muchas redes sociales, pero lo más auténtico es lo que más habla. Cuando alguien dice: “Esto no lo he visto antes, esto viene de la esencia de alguien”, eso es lo que habla a toda la gente. A la juventud.

«La autenticidad es lo más importante en la moda actual. Esta habla a la gente y debes pensarla a través de un ojo que pueda viajar»

Tu país tiene un “boom” creativo justo ahora de diseñadores, como Johanna Ortíz y Polite. ¿Cómo conseguir ese nivel entre tantos diseñadores de la misma zona que buscan reconocimiento?

No sé la respuesta de esto. Tiene que ver con la gente colombiana, que es magnífica, hay talento saliendo de allí en todos los campos y la gente se da cuenta de eso. Es lindo. Ahora, en el mundo hay mucha gente, muchos países. No puedo generalizar una fórmula. Yo creo que mi país ha pasado momentos duros, oscuros, donde hemos sido juzgados como colombianos. Donde tu dices que eres de allá y van a la parte negativa. Así ha sido por muchos años. Ahora siento que hay un fruto saliendo de mi país. Hay creatividad, cosas positivas y eso tiene que ver con la forma como las personas dejan que eso entre a su vida, incluyendo la historia negativa, porque es muy interesante lo que pasó en Colombia.

¿Qué aconsejarías a un diseñador latino que quiere llegar a destacar realmente en las grandes capitales de moda?

Mostrar autenticidad, lo que salga del alma, pero siempre pensarlo a través de un ojo que pueda viajar. Ver más allá de algo local: piensa en que tu artesanía puede llegar a ser parte del look de una mujer japonesa. ¿Cómo se vería eso? Para mí es la clave.

 

 

 

 

 

 

 

Tu país tiene un “boom” creativo justo ahora de diseñadores, como Johanna Ortíz y Polite. ¿Cómo conseguir ese nivel entre tantos diseñadores de la misma zona que buscan reconocimiento?

No sé la respuesta de esto. Tiene que ver con la gente colombiana, que es magnífica, hay talento saliendo de allí en todos los campos y la gente se da cuenta de eso. Es lindo. Ahora, en el mundo hay mucha gente, muchos países. No puedo generalizar una fórmula. Yo creo que mi país ha pasado momentos duros, oscuros, donde hemos sido juzgados como colombianos. Donde tu dices que eres de allá y van a la parte negativa. Así ha sido por muchos años. Ahora siento que hay un fruto saliendo de mi país. Hay creatividad, cosas positivas y eso tiene que ver con la forma como las personas dejan que eso entre a su vida, incluyendo la historia negativa, porque es muy interesante lo que pasó en Colombia.

¿Qué aconsejarías a un diseñador latino que quiere llegar a destacar realmente en las grandes capitales de moda?

Mostrar autenticidad, lo que salga del alma, pero siempre pensarlo a través de un ojo que pueda viajar. Ver más allá de algo local: piensa en que tu artesanía puede llegar a ser parte del look de una mujer japonesa. ¿Cómo se vería eso? Para mí es la clave.

 

 

 

 

 

 

 

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