El arte y la sustentabilidad se llevan muy bien. Nadie dice que para crear grandes cosas hay que usar materiales demasiado elaborados y por qué no aprovechar lo que ya tenemos para liberar la creatividad.
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En un post anterior hablamos del arte con piedras, y siguiendo esa línea, destacaremos las hermosas creaciones de la escultora japonesa Sayaka Ganz.
Su origen es japonés, pero su camino en el arte lo fue forjando a través de experiencias adquiridas en otros lugares del mundo. Su obra está marcada por la conciencia del reciclaje y eso también lo complementa con elementos de la naturaleza.
Como se aprecia en esta imagen, Sayaka logra siluetas precisas, a pesar de usar materiales que no suelen ser muy fáciles de moldear. Este caballo, por ejemplo, lo creó con tenedores y cucharas de plástico.
Fíjate en el trabajo que hizo con este pequeño largato. A simple vista, es difícil diferenciar cada uno de los materiales, porque son partes de objetos.
En su sitio web, la artista cuenta que se ha basado en los principios del Sintoísmo en cada de sus esculturas. Ella cree que todo lo que está en el mundo tiene espíritu, y es por eso que siente la necesidad de rescatar objetos que la gente rechaza, para darles una segunda vida.
El número de piezas que usa para cada escultura puede ir variando, lo que sí tienen en común, es que todas están reforzadas con un alarme de armazón. El resto, es imaginación, creatividad, recolección y reciclaje.