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El delicioso sabor de la comida hecha en la olla de barro

El arroz, pollo y mote adquieren más consistencia y mejor sabor cuando se cocinan en ollas de barro. Su uso se remonta a la cultura Valdivia y se mantiene hasta la actualidad para disfrutar de deliciosos platillos

La olla de barro, también conocida como marmita, es una olla elaborada en cerámica a la que se le da forma mediante técnicas de alfarería y en Ecuador es utilizada tanto en la costa como en la sierra para la preparación de suculentos platillos, tradicionales de cada sector.

Las ollas de barro actualmente se encuentran asociadas a la gastronomía moderna, así como para seguir preparando de una forma clásica y tradicional las comidas como las bebidas. De acuerdo a varios chefs, las familias manabitas utilizan en su mayoría una olla de barro para la preparación de ciertos alimentos como verduras, legumbres, pollo, carne y pescado con aderezos como la salsa de maní y el maíz, utensilio que le da un toque especial a la sazón de la mano manaba en cuanto a la preparación de platos gastronómicos y que son apetecidos por muchos.

Mientras que en la parte de la Sierra del territorio ecuatoriano las ollas de barro son utilizadas para la preparación de los conocidos porotos o bebidas calientes, mismos que son servidos en las amplias «pampa mesas».

Y es que la versatilidad de las ollas de barro en cuanto a su utilidad sorprende a muchos de los extranjeros que visitan las diferentes ciudades del Ecuador, donde aún mantienen la tradición de preparar los alimentos en estas ollas.

El historiador Juan Cordero, manifestó que el uso de las ollas de barro tiene unos 4.000 años de historia desde la cerámica elaborada por la cultura Valdivia en adelante. Los artefactos y objetos que fabricó esta cultura, en cuanto a los usos domésticos, se elaboraron las vasijas que sirvieron para procesar, servir y guardar alimentos.

Cordero considera que se ha mantenido su uso porque la comida preparada en estos utensilios es más sabrosa y por costumbre.

¿CÓMO CONSERVARLAS?

1. Primero tenemos que estar seguros que al hacer la compra el recipiente de barro sea crudo, es decir que no haya sido pintado ni lacado porque esto nos transmitirá sabor y puede ser hasta tóxico de acuerdo a los niveles de plomo que se encuentren en la pintura.
Estas ollas son formadas de arcilla o arena y los colores de estas dependerán o le darán el color a las mismas luego al ser formadas y metidas en un horno transforman por calor los componentes de la misma cristalizándoles y así obteniendo ese brillo natural fruto de la cristalización de los minerales por calor intenso.

2. Luego de verificar éstos antecedentes colocamos agua en el recipiente y lo llevamos a ebullición colocamos sal y limón y dejamos que hierva lentamente logrando reducir el agua hasta la mitad del volumen inicial, adicionamos nuevamente agua y dejamos que pase el mismo proceso y finalmente colocamos una vez má agua y cuando empieza a hervir colocamos 1 cucharada (sopera) llena de bicarbonato apagamos el fuego y tapamos la olla dejando enfríe.

3. Desechamos el agua del recipiente y lo lavamos y esta listo para ser utilizado.

4. El hacer hervir con agua y sal y desechar el agua final con bicarbonato, eliminara cualquier olor a barro y curara el bicarbonato quitando cualquier olor de los poros del recipiente dejándolo totalmente inocuo en aroma y sabor, se puede comprobar lo que digo haciéndo hervir agua y probándola, podremos saborear un sabor intacto.

5. Las ollas de barro son muy generosas en la transmición de calor, por sus componentes son térmicas y permiten ahorro de energía porque pueden llegar a hervir con facilidad e incluso ya apagada se mantiene la ebullición por minutos y por ende su calor y sabor son mucho más intensos

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