Desde la década de los sesenta, la cuenca del norte del mediterráneo vive un abandono generalizado del uso de la tierra. En estos ambientes donde los frutos son muy escasos o nulos, encontramos áreas colindantes con especies de árboles y arbustos de fruto carnoso que pueden servir como fuente de semillas.
La presencia de especies de mamíferos carnívoros que consumen estos frutos aumenta las probabilidades de llegada, dispersión y germinación de estas semillas en campos abandonados, contribuyendo a la regeneración de la biodiversidad de las especies vegetales y animales que antes ocupaban el territorio.
Esta fue la conclusión de un estudio realizado por Gema Escribano-Ávila, investigadora Prometeo del Instituto de Ecología de la Universidad de Loja en Ecuador junto a Beatriz Pías del Departamento de Biología Vegetal de la Complutense, Adrián Escudero y Emilio Virgós del Área de Biodiversidad y Conservación de la Universidad Rey Juan Carlos, publicado en el último número de la revista Ecosistemas.
Esta investigación destaca como el fenómeno global del abandono de la tierra puede convertirse en una oportunidad para contrarrestar la crisis ambiental y favorecer la recuperación de la biodiversidad, según Escribano-Ávila:
Si va acompañada de una gestión óptima de los campos abandonados que tenga en cuenta el papel fundamental que juegan mamíferos carnívoros en la dispersión de semillas
Mamíferos dispersan más semillas que las aves
Según detalla este estudio, los mamíferos son más efectivos que las aves y abejas en la dispersión de semillas Al contrario de lo asumido tradicionalmente, esta investigación recoge estudios recientes que demuestran como en campos abandonados de ambientes mediterráneos y áreas degradadas, son los frugívoros mamíferos y no las aves los principales responsables en la dispersión de las semillas.
Por un lado, los resultados del estudio realizado por el investigador Pedro Jordano en 2007 constatan como las especies de carnívoros pueden superar hasta 10 veces la distancia de dispersión de aves de mediano tamaño.
La efectividad de los mamíferos en la dispersión de semillas está relacionada fundamentalmente, con su mayor tamaño corporal lo que suele implicar una mayor área de dispersión y, por tanto, mayor probabilidad de usar diariamente más tipos de hábitat.
Además de la distancia de dispersión, existe otra diferencia clave entre aves y carnívoros que es el tamaño de sus comisuras bucales, puesto que el hocico de los carnívoros, al ser más grande que el pico de las aves, les permite consumir frutos o semillas de mayor tamaño y con más probabilidades de ser reclutadas en campos abandonados así como dispersar más especies de plantas.
Por otro lado, un anterior estudio realizado por Gema Escribano-Ávila en campos abandonados del Parque Natural del Alto Tajo, demostró como las especies de mamíferos carnívoros que consumen frutos carnosos, transportan semillas en sus tractos digestivos y las defecan sin dañarlas en condiciones apropiadas para la germinación.
La importancia de la planificación territorial
La recuperación de la biodiversidad depende de una gestión óptima de los campos abandonados. Este trabajo proporciona un marco teórico que permite predecir qué escenarios son esperables en presencia o ausencia de las especies de mamíferos consumidores de frutos, facilitando la toma de decisiones en la gestión de tierras abandonadas, ecosistemas cada vez más abundantes en Europa y con un importante papel para la conservación de la biodiversidad y provisión de bienes y servicios para la sociedad.
Escribano-Ávila considera que un primer paso para conseguir una gestión óptima de los campos abandonados en favor de la biodiversidad, es establecer un inventario cartográfico de campos abandonados a nivel nacional y también europeo:
Esta información podría ayudar a compatibilizar la conservación de la biodiversidad y la provisión de bienes y servicios para el ser humano.
La clave es una adecuada planificación del territorio que ponga en valor la biodiversidad independientemente de su valor instrumental en bienes o servicios, dedicando áreas a la conservación de la biodiversidad y gestionando aquellas más deterioradas y con reducido valor de conservación para la optimización de bienes regulados por los mercados económicos.