Por un lado, los índices de obesidad y sobrepeso aumentan en el mundo, pero siguen habiendo aún 700 millones de personas que carecen de alimentos suficientes. La pregunta es, ¿somos muchos y hay muy poca comida?.
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Esta y otras problemáticas se trataron en el Congreso del Futuro en la charla “Alimentación saludable. ¿Qué no debemos comer?”, en el ex Congreso Nacional. Una de las conclusiones de los expertos era que efectivamente somos muchos seres humanos habitando el planeta, pero descartan la escasez de recursos como una problemática.
De hecho, según lo expuesto por el senador Guido Guirardi, al año perdemos dos millones de toneladas -entre el 30% y el 50%- de hortalizas y verduras por poca eficiencia agrícola. Además de esto, la utilización de pesticidas está dejándonos sin polinizadores, lo que ha significado perder el 30% de los cultivos.
La poca ingesta de frutas y verduras es sin duda un factor que aumenta los índices de sobrepeso. Según los datos del Senador, en 2014 el 25% de los niños son obesos y cerca del 50% tiene sobrepeso. Esto, en sus palabras, es debido a la mala calidad de los alimentos que consumen. De hecho, Chile es el tercer consumidor a nivel mundial de bebidas azucaradas y todos sabemos que los niños aman las gaseosas.
En Chile tenemos alimentos que creemos que son saludables y no lo son. Algunos cereales, por ejemplo, tienen en su composición un 38% de azúcar. Es una vergüenza“.
Además, agregó el parlamentario, que “la mala alimentación la sufren los más pobres. La taza de enfermedades cardiovasculares y de diabetes en Cerro Navia es 300% mayor que en Las Condes”.
“El azúcar es un buen combustible, pero no un buen alimento”, afirmó Ricardo Uavy, Doctor en Bioquímica Nutricional, Médico y Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2012. Una de las conclusiones que entregó su exposición es que no se trata de crear más alimentos, sino de la calidad de estos. Por ejemplo, la dieta de nuestros ancestros hizo que el cerebro aumentara su masa de 400 grs. a 1.3 kg por el consumo de iodo.
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“Sin duda que de lo que nos alimentamos incide enormemente en nuestras capacidades -y debilidades-“.
Otro punto importante no es solo la composición de la comida sino su preparación. De hecho, la acción de cocinar los alimentos de determinada forma deriva en la calidad nutritiva. Por ejemplo, si preparamos pastas, es mejor que sean carbohidratos “duros”. Es decir, no muy cocidos. La razón es que a nuestro organismo le cuesta más digerir las pastas con ese tipo de cocción y bajamos la absorción de carbohidratos.
Según explicó, la baja ingesta de frutas y verduras es el quinto factor más importante de muertes, después de patologías como el tabaquismo, hipertensión, entre otros.
“La carne debería estar en el último lugar de la tabla nutricional, algo que no debemos comer casi nada. En cambio debemos aumentar las verduras. Los asiáticos comen muy poca carne porque implica mucho gasto su producción y no importan carne barata desde Argentina o Brasil. Acá la carne debería ser 10 veces más cara. Producir un kilo de carne implica un gasto de 15.000 litros de agua y es un costo que debería hacernos plantear la real necesidad del producto“, afirmó en su ponencia.
En efecto, según Uavy, deberíamos pensar en bajar el consumo de productos de origen animal, puesto “se trata de pensar en la relación entre agricultura, comida, nutrición y sustentabilidad”.
Lo que sí destacaron en la charla fue la decisión de la Unión Europea de restringir a un 10% el máximo de azúcar en alimento para bebés, cifra recomendad por la Organización Mundial de la Salud (OMS).