Preocupación mundial ha causado la muerte de “Nola”, una rinoceronte blanca del norte de 41 años de edad quien estaba en el zoológico de san Diego recibiendo extremos cuidados debido a su avanzada edad. Con su muerte, se reduce a sólo tres los ejemplares de esta especie que quedan en el planeta.
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La condición del mamífero empeoró en las últimas 24 horas por una infección bacterial y otros problemas asociados a su edad. Debido a su delicado estado de salud, se le debió practicar la eutanasia en la mañana de hoy, según informó el establecimiento en un comunicado donde anunicó la triste noticia a través de sus redes sociales:
Estamos devastados por la perdida de Nola.
We’re devastated by the loss of Nola. Only 3 northern white rhinos remain. Pls share your sympathy using #Nola4Ever. pic.twitter.com/8S3bD3u3Ev
— San Diego Zoo (@sandiegozoo) noviembre 22, 2015
Con la muerte de Nola, sólo se contabilizan tres los rinocerontes blancos del norte que viven en el planeta, dos hembras y un macho que se encuentran en una reserva en Kenya, África.
La rinoceronte llegó al zoológico de San Diego en 1989 proveniente de la República Checa y desde entonces se convirtió en uno de los animales preferidos por los asistentes que visitaban la zona del Safari Park, debido a los pocos ejemplares que existen actualmente.
Nola deja un legado que sus cuidadores y personal de cuidado animal esperan continúe ayudando a conservar la especie en los próximos años.
Una especie destinada a desaparecer
El rinoceronte blanco del norte es una subespecie del rinoceronte blanco. Este tipo de rinocerontes se cree que está practicamente extinta en la naturaleza, según indica World Wild Fund (WWF), mientras que la población de estos mamíferos blancos está en un estado “amenaza”, aunque su población está creciendo en los santuarios de África.
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Según informa el diario “El País”, las posibilidades de salvar esta subespecie de forma natural son nulas, dado que los únicos animales vivos son demasiado mayores para engendrar un nuevo rinoceronte blanco del norte, cuyo hábitat se encontraba en el centro de África cuando rondaban los dos mil ejemplares en la década de 1960.
Pocos años después, en 1984, su población se había diezmado hasta los 15 animales por la caza indiscriminada debido a sus cuernos. En 2006, los furtivos acabaron con el último ejemplar salvaje en la República Democrática del Congo.
El destino del rinoceronte blanco del norte es una seria advertencia, pues los cazadores furtivos están matando tres rinocerontes al día en una sangrienta carrera hacia la extinción total de los rinocerontes de Sumatra, negros y los blancos del sur.