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Documental comprueba que el tráfico de marfil subsidia el terrorismo en África

Una investigación de National Geographic nos muestra cómo funciona esta actividad — animales y humanos están en peligro.

La caza de elefantes oculta tras de sí una organización terrible como muestra el documental Warlords of Ivory. Después de un año de investigación realizada por National Geographic, se descubre como la comercialización ilegal de marfil se gestiona por criminales y de la misma forma subsidia el terrorismo en África.

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Mediante un sistema de rastreo GPS colocado en un colmillo de elefante falso se pudo descubrir la ruta que sigue el marfil en la República Centroafricana y Sudán. De esta manera se descubrieron las oficinas de Lord’s Resistance Army (LRA), organización que lidera Joseph Kony.

El reportero Bryan Christy, quien realizó la investigación, entrevistó a diferentes personas en toda esta ruta destapando las atrocidades que esta red criminal comete en contra de la vida silvestre y de las personas. El testimonio de un desertor de LRA describió cómo se realizan los atentandos.

Las filas del ejército LRA se forman con jóvenes que después de secuestrados se les obliga a hacer actos terribles bajo amenaza de muerte. El documental muestra también una matanza de dimensiones industriales a una manada en el Parque Nacional de Garamba en la República Democrática del Congo. Este lugar perdió el 10% de su población de elefantes el año pasado pero también ha perdido guardabosques debido a los enfrentamientos armados.

Sólo LRA mató el año pasado 132 elefantes en el parque de Garamba. El ejército despara a las manadas desde arriba, por lo que se intuye que utilizan helicópteros, posteriormente los colmillos se remueven con motosierras. Los colmillos se llevan a la frontera de Sudán donde se entregan a los soldados del ejército sudanés a cambio de dinero o armas de fuego.

El presidente de sudán, Omar al-Bashir ha sido acusado varias veces por genocidio, crímenes de guerra y en contra de la humanidad.

Aunque el LRA se ha debilitado en los últimos años, está obteniendo fondos a través de la venta ilegal de marfil para subsidiar sus operaciones. No sólo la fauna se ve vulnerada por la caza furtiva, también la vida de miles de personas que son obligadas a participar en estos actos.

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