Lamentable, pero así lo anunció la Agencia estadounidense Oceánica y Atmosférica (NOAA) este miércoles:
PUBLICIDAD
Por primera vez desde que registramos el dióxido de carbono en la atmósfera mundial, la concentración mensual de este gas de efecto invernadero superó las 400 partes por millón (ppm) en marzo de 2015.
Se trata de un hecho esperable. Hace 3 décadas que el mundo ha superado el nivel “seguro” de 350 ppm.
Ya en abril del año pasado las concentraciones mensuales de CO2 en la atmósfera habían superado las 400 partes por millón (ppm) en el hemisferio Norte, cuando la NASA confirmó que había sido su nivel más alto en los últimos 800.000 años.
El mismo límite había sido sobrepasado en el Ártico en 2012.
El científico líder de NOAA, Pieter Tans, dijo públicamente:
Llegar a 400 ppm como promedio mundial es un hito importante. Esto marca el hecho de que la quema de combustibles fósiles ha causado que las concentraciones de dióxido de carbono mundial suban a más de 120 ppm desde los tiempos pre-industriales. La mitad de ese aumento se ha producido desde 1980.
PUBLICIDAD
En grandes cantidades, el dióxido de carbono es un potente y peligroso gas de efecto invernadero producido por actividades humanas como la combustión de energías fósiles (carbón y petróleo) y la deforestación.
Dr. Ed Hawkins, un científico del clima en la Universidad de Reading, dijo a The Guardian:
Este evento es un hito en el camino hacia el cambio climático sin precedentes para la raza humana. La última vez que la Tierra tenía este dióxido de carbono tanto en la atmósfera fue hace más de un millón de años, cuando los humanos modernos ni siquiera habían evolucionado todavía. Llegar a 400 ppm no significa mucho en sí mismo, pero el aumento constante de los gases atmosféricos de efecto invernadero debe servir como recordatorio de la tarea que enfrentan los políticos que se sientan en París a finales de este año.
Los científicos aseguran que el aumento de las partes de CO2 por millón produce entre otros un aumento de las temperaturas en la Tierra y un desorden del clima.
