La historia de Pez León se considera uno de los peores desastres ecológicos de los últimos 20 años. Su introducción al Atlántico ha sido una pesadilla para los conservacionistas ya que no posee depredadores naturales, lo que lo ha llevado a extenderse por el sureste de Estados Unidos, el Golfo de México y el Caribe.
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Algunas zonas de pastizales, arenales y manglares también se han invadido por este depredador que acaba con varias especies de peces con alto valor comercial. José Adán Caballero, investigador de la Unidad de Ciencias del Agua del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), desarrolla un proyecto de evaluación del efecto ecológico del pez león sobre las comunidades del Caribe mexicano.
Como objetivo del proyecto está cuantificar el daño ecológico que provoca este invasor y proponer estrategias que ayuden a reparar el daño que el pez león hace en el medioambiente. El efecto que tiene en cada región es fuerte y diferente. Este pez pone a temblar a las cooperativas pesqueras porque podría acabar con la biodiversidad del lugar, lo que merma los recursos disponibles para la pesca comercial.
Como pez fuera de agua
No se sabe a ciencia cierta cómo llegó este pez, pero es probable que haya sido a través de barcos cargueros o por liberación intencionada o no. Lo cierto es que es una de las mayores amenazas de los arrecifes de coral. En áreas naturales protegidas de Quintana Roo, se han registrado grandes poblaciones de ellos, algunas raíces de manglar sirven como guardería para muchas especies que después llegan a instalarse en zonas arrecifales.
El efecto del pez león en esas zonas puede ser devastador, por lo tanto es imprescindible estudiar el efecto que tendría este pez ahí y evaluar las propuestas de control y manejo de la invasión en esos lugares, algo en lo que el investigador debe trabajar.
