En las tierras subtropicales de América del Sur, habita un ave que engaña a sus depredadores con un truco de mimetismo poco común en los vertebrados. Los polluelos de la plañidera cenicienta se hacen pasar por una oruga venenosa llamada Megaopyge, gracias a sus plumas llenas de color.
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Gracias a los depredadores de nidos, la plañidera cenicienta sufre la pérdida de sus crías pero la naturaleza es tan increíble que les ha dado la gracia de mimetizarse y protegerse a sí mismas mientras sus padres no están. Esta característica en la que una especie se asemeja a otra que tiene un mecanismo de defensa, muchas veces tóxico, es llamada mimetismo Batesiano.
La plañidera llega a medir entre 20 y 21 cm de longitud y apenas alcanza los 46 gramos. Habita en casi toda la cuenca del Amazonas y el orinoco. Su plumaje es gris con algunas tonalidades marrón, con naranja en las puntas de las alas. Los polluelos tienen plumas amarillas afiladas que le dan la capacidad de verse como orugas.
Como si su plumaje no fuera suficiente, los polluelos se acomodan en el nido y se mueven de manera que realmente parecen una oruga. Durante un estudio ecológico aviar en el Amazonas, Gustavo Londoño, Duván García y Manuel Sánchez descubrieron el segundo nido de plañidera cenicienta que se ha descrito en la historia.
La naturaleza tiene formas increíbles de protegerse a sí misma, qué mal que no sea suficiente para protegerse de nosotros. Tenemos especies tan impresionantes como la plañidera cenicienta que es una razón más para conservar la selva Amazónica. Mira el siguiente vídeo para que veas cómo de pronto un polluelo se transforma en oruga.