Buenas noticias para los ecologistas, malas noticias para los parques de diversiones que emplean mamíferos marinos. El gobierno de Ontario ha prohibido mantener orcas asesinas en cautiverio con fines de lucro, es decir, para hacer dinero a costa de su libertad.
Aunque Ontario sólo tiene una ballena en cautiverio, la iniciativa ya es una victoria pues asegura que ninguna otra orca vuelva a estar presa en un estanque y sea obligada a trabajar. Phil Demers, un exentrenador del parque Marineland encabezó la campaña para modificar las leyes de Ontario respecto al trato animal al ser testigo de las cosas horribles que pasaban ahí.
En Marineland, Demers conoció a la orca Kiska que fue capturada en el mar y lleva 37 años encerrada en un estanque. Demers fue testigo del evidente deterioro que sufría la ballena y otros animales marinos sin poder levantar un reporte debido a las leyes tan pobres que hay en cuestión de protección animal.
El pasado mes de julio, evidencias fotográficas demostraron el deterioro de Kiska, quien tenía heridas en su espiráculo y su aleta dorsal. La Dra. Naomi Rose, experta en animales marinos, confirmó que la salud de Kiska estaba muy lejos de ser buena y mucho menos podría decirse que fuera feliz.
Al igual que Kiska, otros animales en Marineland han sufrido las consecuencias de las malas condiciones del cautiverio. Toronto Star, un diario canadiense, ha mantenido el ojo sobre este parque durante varios años y reportó que en pocos años han muerto cerca de 4 ballenas beluga, los delfines presentan infecciones en la piel y las morsas se hacinan y las dejan ahí por largos periodos de tiempo sin cuidado.
Después de Kiska, vendrán buenos tiempos para los demás animales marinos ya que el gobierno de Ontario se ha comprometido a modificar sus leyes mucho más estrictas para mantener animales marinos en cautiverio.