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Familia argentina tenía una pitón de mascota

Mide tres metros y medio, pesa unos 30 kilos y se alimenta de tres conejos vivos cada 15 días.

Un particular allanamiento realizó el Juzgado de Garantías N°5 y la Dirección de Antropozoonosis de Tres de Febrero en el barrio Altos de Podestá, Argentina, al enterarse por la denuncia de un vecino que una familia tenía como mascota a una serpiente pitón reticulada -de las más grandes del mundo-. La habían bautizado como Coco y para alimentarla le daban tres conejos cada 15 días.

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Según el portal de noticias 3 de Febrero, uno de los dueños contó que habían comprado la serpiente originaria del Sudeste Asiático hace un año. Aunque la pareja dueña de Coco quería permanecer con su “mascota”, de igual forma colaboró a que los organismos se la llevaran.

El director de Antropozoonosis del municipio, Eduardo Rainés, explicó a El Clarín que la decisión de retirar al reptil fue “estrictamente por un tema de seguridad”. “Una serpiente no es una mascota y las personas muchas veces no se dan cuenta del riesgo que significa tener un reptil en una casa“.

Luego de retirar a la serpiente, ésta fue llevada al serpentario del Instituto Malbrán donde permanecerá de forma provisoria.

La serpiente pitón reticulada puede alcanzar 8 metros de longitud y pesar hasta 135 kilos. Es carnívora y se alimenta de roedores, aves y otros reptiles: además, mata a sus víctimas por estrangulamiento o constricción. En este caso, Coco mide 3,5 metros, pesa alrededor de 30 kilos y convivía peligrosamente con una pareja de adultos y su hijo de apenas dos años.

Hace tiempo que la demanda de animales exóticos se ha puesto de moda. Sin embargo, es una práctica que -además de ilegal en algunas partes del mundo- pone en riesgo la vida de sus cuidadores.

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