Desde hace algunos días he visto a muchos de mis amigos compartir videos con lo mejor de su año en redes sociales. Muchos tienen coches nuevos, otros asistieron a conciertos, cambiaron de look o se mudaron a un departamento más grande.
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Me siento feliz por ellos, uno trabaja duro para darse ciertos gustos. Pero en todas esas buenas cosas que salen en las fotos, nadie menciona un atardecer que hayan compartido con alguien especial, una lluvia a la que hayan salido sin paragüas, los árboles que vieron en la carretera cuando fueron a estrenar su auto.
Alguien me dijo una vez que el mundo es como esa persona que tenemos a nuestro lado y sentimos tan segura que no nos preocupamos por cuidarla; hasta el día que esa persona se cansa y se va nos lamentamos no haberla tratado mejor.
No se trata de convertirte en Alexander Supertramp y dejar todo para irte a vivir en medio del bosque, tampoco de volverte vegano, tampoco de vivir en una cueva o dejar de comprarte cosas.
Se trata, creo yo, de entender que la felicidad no está en los centros comerciales. Hay millones de cosas que no necesitamos pero adquirimos para presumirlas con personas a quienes de hecho no les importamos.
Se trata también de amor y gratitud hacia las cosas bonitas que te rodean. ¿Por qué no en lugar de gadgets o ropa, le regalas a quien amas un pic nic, un pasaje de autobús a la playa, una planta, un salto en paracaídas, una casa de campaña o un telescopio? Te sorprenderías de lo grandes que pueden llegar a resultar las pequeñas cosas que das con amor y no con dinero.
¿Por qué no le regalamos al planeta uno de nuestros días para limpiar la cuadra que otros ensuciaron, para plantar un árbol, para ayudar a un animal de la calle o simplemente para disfrutarlo?
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El día que entendamos que no necesitamos guerras por territorio — porque no somos dueños de nada — y que estamos aquí de paso, el día que entendamos que no necesitamos petróleo porque se puede hacer combustible de los desechos, o el día que entendamos que es más importante el tiempo que el oro, ese día las cosas van a mejorar.
No entiendo porqué cuando destruimos algo creado por el hombre lo llamamos vandalismo, pero cuando destruimos algo creado por la naturaleza lo llamamos progreso. — Ed Begley Jr.
Independientemente de la religión que profeses, abraza mucho a las personas que tienes a tu alrededor. ¡Felices fiestas!