El domingo pasado la prensa argentina informó que la Sala II de la Cámara de Casación Penal de Buenos Aires aceptó la demanda interpuesta por la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA), que solicitaba reconocer que, particularmente, la orangután llamada Sandra es un animal capaz de sentir y por ende necesita de mayor libertad.
Sandra nació en 1986 en el zoológico alemán de Rostock y llegó al de Buenos Aires en septiembre de 1994, donde aún permanece.
AFADA ha solicitado en ocasiones anteriores que se declare a todos los simios como “personas-no humanas”, apoyando la iniciativa de la ONG Proyecto Gran Simio. Su argumento es que los homínidos comparten un 99,4% de los genes con el hombre y son nuestros primos evolutivos, sin embargo, no son pasibles de gozar de ningún derecho.
“Cumplen una pena privativa de libertad ilegal, sin haber tenido nunca la posibilidad de ser libres y de vivir esa libertad (…) Ese limbo jurídico los convierte en víctimas inocentes de un sistema normativo discriminatorio e inmoral”, sostiene la organización.
En el caso particular de Sandra, AFADA argumentó que “es una persona no humana ya que mantiene lazos afectivos, razona, siente, se frustra con el encierro, toma decisiones, posee autoconciencia y percepción del tiempo, llora las pérdidas, aprende, se comunica y es capaz de transmitir lo aprendido“.
Ante la petición, el tribunal reconoció que el mono tiene funciones cognitivas suficientes y que no debe ser tratado como un objeto, por lo que es sujeto de derechos. En este caso, se ha aplicado el derecho de habeas corpus -que originalmente rige para personas- con el fin de refutar la legalidad de prisión y captura, en un contexto legal donde se considera a los animales como cosas y sujetos a los derechos de propiedad privada.
La respuesta del zoológico
Ahora el Zoológico de Buenos Aires cuenta con 10 días hábiles para presentar una apelación en respuesta. El jefe de biología de la institución, Adrián Sestelo, dijo al diario La Nación: “Desconocer la biología de la especie, alegando injustificadamente maltratos, estrés o depresión del animal, es incurrir en uno de los errores más comunes de los seres humanos, que es humanizar cualquier conducta animal“.
En tanto, el abogado de AFADA, Paul Buompadre, señaló que el fallo abre camino para otros grandes simios y también para otros seres sintientes que son injustamente privados de libertad en zoológicos, circos, parques acuáticos y laboratorios científicos.
Casos similares en Estados Unidos e India
Al igual que la constitución Argentina, Estados Unidos considera a los animales como objetos. Por esto, un tribunal de dicho país solicitó este mes el habeas corpus para el chimpacé Tommy, de propiedad del estado de Nueva York. Aún se espera la resolución de los tribunales.
Otro caso similar ocurrió en India el año pasado, cuando el Ministerio del Medio Ambiente y Bosques declaró a los delfines “personas no-humanas” y anunció que quedaba prohibido el cautiverio de esta especie para fines de espectáculos.