Uno de los únicos seis rinocerontes blancos del norte falleció ayer, domingo, en el San Diego Zoo Safari Park. Con ello esta especie queda a un soplo de extinguirse para siempre.
El rino conocido como Angalifu, de 44 años, murió aparentemente por complicaciones de edad avanzada, según informa el zoológico. Su había estado en declive y dejó de comer por días.
Hace un par de meses Suni, de 34 años, dejó de existir. Ahora llega el turno de Angalifu, dejando sólo 5 ejemplares en todo el mundo: Nola, una hembra de edad avanzada residente del mismo zoo; tres en la reserva Ol Pejeta en Kenia; y, el quinto, en el zoológico Dvur Kralove, de República Checa. No hay registro de estos rinocerontes en vida silvestre.
“Con la muerte de Angalifu, sólo quedan cinco rinocerontes blancos del norte en el planeta, incluyendo Nola, nuestra hembra de edad avanzada”
Ahora más que nunca resulta difícil la reproducción de la especie, considerando que una de los últimos 5 se considera mayor. Ha llegado el punto de intentar la reproducción entre rinocerontes blancos del norte con rinocerontes blancos del sur, a pesar de tratarse de diferentes subespecies. Hasta ahora, sin resultados registrados.
Por lo pronto, el zoológico de Dvur Kralove, la reserva Ol Pejeta, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), entre otros organismos, continúan los esfuerzos hasta el último día para lograr el nacimiento de una cría de esta especie — aunque, como vemos, parece una misión imposible.
La extinción de esta especie está vinculada con los crímenes medioambientales que financian grupos terroristas en África y la demanda que hay en ciertos mercados, especialmente el asiático. Gracias a distintas campañas de sensibilización se ha logrado reducir de manera significativa su compra-venta, sin embargo, al parecer, llegamos un poco tarde para esta subespecie.