Conforme la humanidad se fue separando de la Naturaleza, rompió toda conexión con todos sus seres vivos. Cada vez destrozamos más bosques y selvas, destruimos hábitats naturales donde viven estas grandes criaturas, nuestros hermanos animales.
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Con el capitalismo y las distintas industrias — desde la cosmética hasta la alimenticia, sin olvidar a la peletera y el mundo de la moda —, comenzamos a ver a los animales como cosas a explotar, sin importar el daño, el dolor, el exterminio. Como dice el activista vegano Gary Yourofsky en su famosa entrevista, este es el mayor holocausto que ha sucedido: desmantelar, torturar, asesinar seres inocentes.
Estamos tan cegados que no nos damos cuenta que todas nuestra decisiones de compra están estrechamente relacionadas a este sistema. No nos damos cuenta del daño que hacemos a los animales en nuestra vida diaria de manera indirecta. Por esta razón cada vez más personas despiertan del letargo y adoptan un estilo de vida vegano — una decisión hecha a partir del amor a todos los seres.
Así como en 1950 nace el Día Internacional de los Derechos Humanos, a partir de 1997 algunos países recuerdan también los Derechos Animales, con el objetivo de informar a la sociedad sobre las circunstancias en las que viven, las áreas de explotación y exterminio, y principalmente para hablar sobre el especismo — porque al final nosotros también somos animales.
Anterior a esto, en 1978, se proclamó la Declaración Universal de los Derechos del Animal, cuyos primeros artículos sostienen que… «Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos de existencia. Todo animal tiene derecho al respeto.»
Recordemos que se ha comprobado científicamente que los animales son seres sintientes y tienen derecho a vivir sin sufrimiento. Nosotros, como sus “hermanos mayores”, debemos asegurarnos que estos se hagan valer… Ante el maltrato, la explotación, la ignorancia.
Por eso hoy, en este día, los invito a hacer consciencia sobre este tema, para que entre todos sensibilicemos a nuestras familias, nuestros amigos y nuestra comunidad. No hace falta compartir videos crueles, como el material que comparten organizaciones como PETA, creo que se necesita algo más que una imagen gráfica. Se necesitan propuestas y soluciones para promover un cambio social, a partir del amor a nuestros semejantes.
Desde el tráfico de marfil o cuernos de rinoceronte, la industria textil, la farmacéutica, hasta la industria alimentaria… Entre todos podemos hacer que este exterminio termine. ¡Hagamos valer los derechos de los animales!