En los últimos años, notamos más rayos en los cielos — en especial, el rayo nube a tierra, el segundo más común —. Esta tendencia, por desgracia, va en aumento y el principal factor que lo promueve es el cambio climático.
Andrew Freedman, de Mashable, rescata el estudio Aumento previsto de caída de rayos en los Estados Unidos debido al calentamiento global, publicado hoy en Science Magazine. De acuerdo con el líder de la investigación, David Romps de la Universidad de California en Berkeley, se espera un incremento del 50% en la frecuencia de rayos caídos en Estados Unidos al llegar al año 2100.
El cambio climático juega un papel muy importante en esta proyección, por la alteración de las condiciones atmosféricas y, en especial, el aumento de la temperatura.
La formación de un rayo requiere una nube formada de agua en sus tres estados (sólido, líquido y gaseoso) al mismo tiempo y levantar el hielo cada vez más alto en la atmósfera. Una atmósfera más cálida y más húmeda podría funcionar como catalizador para generar tormentas eléctricas — en especial, por la inestabilidad atmosférica, una medida conocida como “energía potencial conectiva disponible“.
De acuerdo con las proyecciones realizadas por Romps y su equipo, se esperaría un incremento de rayos caídos de 7% a 17% por cada grado Celsius generado por el calentamiento global — alcanzando un 50% cuando termine este siglo.
Aunque el estudio fue realizado con datos de aquel país, dicen los expertos, este efecto sería global. El estudio nos muestra un fenómeno del cual poco se había investigado antes y que es necesario conocer a los daños que esto podría causar.
Actualmente la caída de rayos es la principal causa de incendios forestales, mismos que cada año son más intensos y difíciles de controlar. De igual forma, al incrementar su frecuencia se convierte en un peligro potencial para las personas; sólo en Estados Unidos se registra un promedio de 50 personas alcanzadas por un rayo — para fin de siglo, esta cantidad podría incrementar en 25 puntos más.
En las regiones cercanas al trópico, los rayos son más comunes. Países de África y Sureste de Asia registrarían eventos de manera más recurrente. Así es el efecto de cambio climático, que no sólo derrite los polos, altera drásticamente el clima y las estaciones del año, entre otros efectos más graves.
Con esta evidencia, me pregunto, ¿cuándo tomaremos en serio el cambio climático generado por el impacto ambiental del hombre?