Los temas que se abarcaron fueron bastante diversos, y muchos hablaban tanto en pro como en contra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y dentro de las temáticas se trataron la reubicación de las especies animales del lugar, el flujo y la distribución del agua y también el impacto social que tendrá dentro de la comunidad.
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Dentro de los puntos más destacados está la que realizó el director del Centro Mexicano del Derecho Ambiental (CEMDA), Gustavo Alanís Ortega, pidió que se establezca un grupo ciudadanos que puedan revisar las obras para que éstas cumplan con todas las normas de sustentabilidad que se establecen desde un inicio en el proyecto, además de que se pidió que el INAH esté muy al pendiente de los descubrimientos arqueológicos que se pudieran dar en las excavaciones.
Por su parte Patricia Muñoz Sánchez, investigadora de la Universidad Autónoma de Chapingo, hizo unas fuertes y reflexivas decoraciones:
“El nuevo aeropuerto ahondará la fragilidad en el impacto ambiental, urbano, social, cultural y económico de la región, toda vez que reconfigurará el territorio ejerciendo una fuerte presión sobre los recursos naturales como lo es el agua, el suelo, la vegetación y el aire; mismos que no sólo reducirán la calidad de vida de los habitantes, sino el deterioro de la cultura y formas productivas locales. Habrá la desarticulación de comunidades y aumentará la fragmentación y pérdida del tejido social” Patricia Muñoz Sánchez
En total fueron 21 ponencias las que se leyeron y debatieron, en todas ellas se pode ver la participación ciudadana y la preocupación de los expertos para que todo esto se lleve a cabo de forma sustentable, y en pro de la protección de nuestros recursos naturales, como lo es el agua y la reforestación que se debe realizar en toda la franja que ocupará el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.