Si a la cadena alimenticia de un ecosistema le quitamos algún depredador, lo más probable es que colapse. Cada una de las especies que conviven en él juega un papel importantísimo en el equilibrio ecológico. Un estudio realizado en Laikepia, Kenia y liderado por el científico Adam Ford provee nuevas evidencias.
El estudio tiene como finalidad comprender el vínculo que existe entre carnívoros, presas, plantas y personas. La relación entre ellos es importante porque, en algunas partes de África, la población de depredadores está cayendo de manera drástica a medida que los humanos invaden su hábitat natural.
Por medio de collares con GPS, el equipo de investigadores rastreó la actividad de leopardos, perros salvajes, antílopes e impalas, para evaluar los cambios en los ecosistemas en las zonas favoritas de cada especie. Los resultados sugieren que hay zonas que los depredadores protegen con su sola presencia.
Las plantas sin espinas que sirven de alimento crecen muy bien en las zonas que son dominadas por los depredadores, porque le impide a los herbívoros alimentarse en esas áreas. Los lugares en los que no hay depredadores se convirtieron en zonas propicias para el crecimiento de plantas espinosas, de las que los antílopes e impalas no pueden alimentarse.
Si los antílopes no tuvieran depredadores, las plantas con espinas se adueñarían de todo el terreno después de que los hervíboros acabaran con todo el alimento disponible. Si esto sucede, los siguientes en morir serían ellos mismos al no tener más fuente de alimento. Así el equilibrio se mantiene ya que los depredadores cazan a las presas que se acercan a buscar alimento a las zonas que ellos “protegen”.
Otra cosa que se comprobó en el estudio es que los herbívoros se alejan de cualquier planta que tenga espinas, incluso de las falsas como las que el equipo colocó en algunas plantas sin espinas.
Sin depredadores, los herbívoros crecerían su área de alimentación acabando con toda la biodiversidad a su paso y provocando que las plantas espinosas crezcan. Ellos dan forma al área en la que sus presas se alimentan y, de cierta manera, aseguran sus fuentes de comida.
La parte triste es que cerca de tres cuartos de los depredadores en el mundo está amenazado y, junto con ellos, los ecosistemas donde habitan. Por esta razón es tan importante mantenerlos sanos y permanecer alejados de ellos. De otra manera amenazamos también nuestra propia vida, ya que necesitamos de ellos desde la polinización hasta defensa contra el cambio climático.