El problema con el planeta es que es de todos. Las emisiones de gases de efecto invernadero, el mal manejo de basura, la deforestación; todas estas actividades aunque estén ocurriendo del otro lado del mundo, terminarán por afectarnos. Por eso hay gobiernos como el de Noruega que están tomando responsabilidad en la conservación del planeta ayudando a otros países con menos idea acerca de ello.
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En 2012, la presidenta de Liberia Ellen Johnson Sirleaf, dio licencias a diferentes empresas para explotar el 58% del bosque primario que queda en Liberia. Gracias a las protestas de conservacionistas, los permisos fueron retirados. Esto te da una idea de la necesidad económica que tiene el país y la poca consciencia de sus dirigentes respecto a la conservación.
No es que los bosques de Liberia seas de los más grandes, pero representa el 43% del bosque de Alta Guinea, una parte significativa de la selva tropical que queda en África. También es hogar de varias especies de chimpancés, elefantes de bosque y leopardos.
Desde que la guerra civil terminó en 2003, la tala ilegal se ha convertido en la moneda corriente de Liberia. Incluso, la deforestación se ha conectado con la incidencia en los brotes del Ébola ya que la gente entra en contacto con reservorios naturales del virus. Por estas y más razones, Noruega pagará 150 millones de dólares para que la deforestación en Liberia pare en 2020.
El apoyo del gobierno noruego representa una luz para las comunidades forestales, no sólo para la selva y el clima. Reducir las emisiones y la pobreza son los principales objetivos de este acuerdo entre ambas naciones. Liberia dejará de expedir concesiones a cualquier empresa hasta que el caso sea revisado por un órgano independiente.
Bajo este acuerdo, Noruega también ayudará a Liberia a construir la infraestructura necesaria para monitorear y vigilar sus bosques. La meta es que liberia coloque más del 30% de su patrimonio forestal en estatus de reserva protegida para el año 2020, a través del pago directo a comunidades piloto para proteger el bosque.
El riesgo que conlleva darle dinero a un país que claramente lo necesita es el nivel de corruptibilidad de quienes lo manejen, por eso será importante que se vigile el uso de presupuesto destinado.