La impresión en 3D permite crear distintos objetos: instrumentos musicales, cosméticos personalizados, electrodomésticos, ¡las posibilidades son infinitas! Por supuesto, esta tecnología puede aplicarse al campo de la medicina, ya sea humana o veterinaria, como ocurre con la siguiente historia.
Hace unos meses Quack Quack fue atacado por un perro. El pato quedó con daños permanentes en su pata izquierda y se le dificultaba caminar. Sin más qué hacer, los médicos del Hospital Veterinario de Universidad Nacional de Taiwán decidieron recurrir a expertos en diseño y tecnología para crear aparato ortopédico impreso en 3D, adecuado a este amiguito emplumado.
De acuerdo con HuffPost, el equipo de doctores se acercó a un hackerspace local, fundadores de Lung X Lung Design, quienes con gusto decidieron apoyar a Quack Quack.
El proceso requirió varios intentos en un sistema de diseño y rediseño, prueba y error. Consideremos que el aparato funciona como una especie de zapato, el cual tiene que ser lo suficientemente cómodo para que Quack Quack pueda caminar mejor.
Para crear este aparato ortopédico se requirió un modelo de la patita, el cual se tomó como base para generar el diseño. Después de algunas modificaciones quedó listo para su uso. Como ocurre con todos los aparatos y las prótesis de este tipo, al principio cuesta trabajo acostumbrarse. Con el tiempo y el uso, se espera que Quack Quack pueda caminar como si nada.
La historia de este pato no pasó desapercibida por los amantes de los animales, quienes celebran su recuperación. Reconocen los beneficios de la impresión en 3D, sólo esperan que la tecnología sea más accesible y su proceso sea más rápido, para ayudar a más animalitos que lo necesiten.
En el caso de Quack Quack se invirtieron 2 meses de trabajo y más de USD $3,300 para darle el aparato ortopédico perfecto.
Este no es el primer caso en el que se aplica la impresión en 3D para beneficiar a un animal. Justo esta semana conocimos a Turbo Roo, un pequeño chihuahua que nació sin patitas delanteras y ahora puede caminar gracias a un carrito diseñado por Mark Deadrick. Lo mismo podría aplicar a casos en la vida marina, como la tortuga Hosef y su aleta nueva.
Es maravilloso lo que se puede lograr con la tecnología. A lo mejor en un futuro, no tan lejano, hasta se podrían obtener órganos vitales por medio de la impresión en 3D. ¿Llegaremos a ver tal maravilla?