El río Bacanuchi en Cananea, Sonora tardará años en recobrar su equilibrio habitual, al menos eso dicen los expertos que han evaluado la crítica situación que atraviesa después de haber sido contaminado con 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado. El derrame fue causado por la mina Buena Vista del Cobre de la que Grupo México es propietaria.
Aunque México es uno de los países con más leyes ambientales, de poco sirve cuando un problema tan grave puede arreglarse con una multa de 40 millones de pesos y una demanda de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Una multa no arreglará la situación en la que se encuentra el río, Grupo México debe hacerse responsable del daño que causó, además de pagar la penalización correspondiente.
Para darte una idea de la gravedad del problema, imagina 40 mil tinacos domésticos llenos de ácido corriendo en las aguas del río Bacanuchi. Ten en cuenta que cada uno de estos tinacos tiene capacidad para abastecer a 160 mil personas en un día. El impacto de esta cantidad de contaminante en el río tendrá dos consecuencias principales: la muerte de todas las especies que habitan en el río y la afectación a las comunidades que dependen de él.
El ácido vertido en el río puede provocar quemaduras en los humanos, ya ni decir de la muerte que tendrán las especies que viven en él. La situación se pone peor cuando el pez gato, una de las 4 especies de peces endémicas de Sonora, habita el lago junto a otras 3 especies de ciprínido, familiares de las carpas que para el momento en el que escribo esto, ya no existen más en la zona.
A largo plazo los efectos no serán mejores, los ríos y mares tienen procesos naturales de depuración, pero para que esto se logre pasarán décadas. En el fondo del río, los metales pesados se acumularán y desprenderán con la corriente afectando la salud del ecosistema, especies y personas que habitan cerca de él.
Urge que se realice una evaluación de los daños causados por el derrame y que Grupo México tome la responsabilidad de este hecho. Además, estudios internacionales demuestran que este tipo de sucesos se dan tarde o temprano en las zonas mineras, por esto y más deberían estar preparados y las autoridades conscientes de las medidas a tomar cuando algo así ocurre.