En los años 20, después de la Revolución Mexicana y como resultado de un “sentimiento nacionalista” que surgió debido a dicho movimiento, arquitectos como José Villagrán Garcia, Enrique Yañez, Juan Legarreta, Alvaro Aburto y Juan O’ Gorman comenzaron a tomar en cuenta necesidades de la nueva clase media (u obrera) del país.
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Es entonces que comienzan a considerarse proyectos sociales que tienen que ver con edificios públicos, viviendas colectivas, cooperativas, escuelas, hospitales; todos estos respondiendo a una necesidad de arquitectura incluyente, que pudiera ofrecer calidad constructiva, estética, funcional, pero sobre todo calidad de vida.
Esta introducción viene al caso debido a que actualmente en la mayoría de los despachos de arquitectura encuentro un parecido con lo que se vivía en el Porfiriato, tratando de sobresalir en las revistas con construcciones que se antojan hasta imposibles, intentando recrear Dubai en Santa Fe, de poner los materiales más innovadores en los renders y recorridos virtuales, dejando con esto la arquitectura al alcance solo de unos pocos que pueden pagarla. Como si construir con tierra apisonada, paja, PET o bambú le quitara estátus y vanguardia a los diseños.
¿Qué pasa entonces con los niños de un pueblito en Temascaltepec que quieren tener una escuela diseñada de acuerdo a sus necesidades? ¿Qué pasa con la familia en Tepoztlán que quiere una casa autosustentable donde puedan crecer sus hijos? Afortunadamente hay muchas personas que creen en la verdadera arquitectura, y estos proyectos son muestra de ello:
El Coporito – Suficiente Arquitectura
Es una escuela en El Coporito, Temascaltepec, diseñada y construída por Antonio Peña, Juan Garay y Alexis Ávila, exalumnos de la Universidad Iberoamericana, como parte de un programa de CONAFE llamado Aula para la equidad. Este lugar, además, ha sido adoptado por la comunidad como punto de reunión.
Los materiales empleados para su construcción son 100% locales y la técnica utilizada es tierra apisonada.
Vivienda Rural con PET – Laboratorio de Arquitectura Básica MX
Este despacho integrado por el aqruitecto Juan Casillas y Guillermo Galindo, desde 1999 se ha dedicado al desarrollo de proyectos sustentables. Para la mayoría de sus obras emplean materiales locales y/o reutilizados, así como diseños capaces de aprovechar al máximo la luz solar, captación de agua pluvial y otros factores naturales.
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Este proyecto, construído con PET, se encuentra en San Jerónimo Tlacochahuaya, Oaxaca. Y a pesar de que muchos puedan estar en desacuerdo, la autoconstrucción fue uno de los puntos principales en el mismo.
Módulos 10 x 10 – Comunidad Vivex
Este proyecto es un prototipo de habitación modular (12m2) que busca resolver problemas como asentamientos irregulares o vivienda emergente. El material usado para su desarrollo es la fibra de vidrio reutilizada. El sistema de cimentación que utiliza, el aislamiento y los acabados fueron previamente estudiados para que el resultado final fuese de fácil desplazamiento y de esta manera pueda ubicarse en cualquier tipo de terreno.
Centro Académico y Cultural San Pablo – Taller de Arquitectura
Uno de los arquitectos precursores en la utilización de materiales vernáculos es Mauricio Rocha. Dicho arquitecto ha hecho algunas intervenciones en Oaxaca y la restauración de este centro cultural es una de ellas.
La propuesta de Rocha y Gabriela Carrillo, su asociada, consistió en recuperar casi todos los espacios, respetando el estilo arquitectónico original. Algo así como reutilizar el edificio en lugar de demolerlo y construir uno nuevo.
Aula Rural Xilitla – Taller Max Cetto (Facultad de Arquitectura de la UNAM)
Esta escuelita, ubicada en Xilitla, San Luis Potosí es un proyecto del taller Max Cetto de la UNAM, el cual debía respetar 4 puntos: el terreno, la sustentabilidad, las condiciones y modos de vida de los usuarios, así como la economía de la zona.
El diseño logró resolver dichos requerimientos, pues ubicaron el aula principal en el extremo más angostos para así reservar un espacio donde se colocó un patio de juegos donde los niños pueden jugar. A los lados se encuentra el área de baños. Toda la estructura está ubicada hacia el norte, para el total aprovechamiento de la luz natural. Los materiales usados son bloques de adobe y piedra, estructuras de madera y acero, desde luego todos locales.
Hogar para familia Rarámuri – Colectivo Chopeke
En Ciudad Juárez, un grupo de personas interesados por la gente de su comunidad sin ánimos de lucro que se pusieron a trabajar arduamente desde hace meses junto con la iglesia del pueblo para obtener dinero y así poder construir la casa de una familia de mujeres rarámuri. Utilizaron para ello materiales locales como paja, madera y barro. De la mano del arquitecto Juan Casillas pudieron levantar la edificación en poco tiempo y con sus propias manos.
Centro Ejidal Las Margaritas – Taller de Operaciones Ambientales
Una obra desarrollada en la comunidad de Wirikuta (específicamente en el ejido de Las Margaritas, San Luis Potosí) por el Taller de Operaciones Ambientales y Dellekamp Arquitectos, con el objetivo de solucionar problemáticas de desempleo, migración, abandono del patrimonio, sequía y erosión de tierras.
Este proyecto es un espacio de intercambio y encuentro para la comunidad. Y además de haber utilizado materiales de bajo impacto ambiental, cuenta con un espacio central usado por la comunidad para reuniones y fiestas. En el lugar se encuentra tabién una tienda de productos naturales, un centro de Internet, biblioteca, talleres y un jardín.
Los diferentes edificios fueron acomodados perimetralmente rodeando la explanada central cubierta por una pérgola de carrizos, para proteger la construcción y a sus usuarios de los fuertes vientos.
Plaza comercial Andaro – Cano Vera Arquitectos
Sobre este proyecto ya te habíamos hablado en Veo Verde. Es una Plaza comercial construída con durmientes ferroviarios sobreciclados en las celosías exteriores que están dispuestas para controlar la temperatura y la intensidad lumínica.
Es un proyecto donde se respetó absolutamente todo el contexto, pues no se tiró ningún arbol para su construcción. Ahora es una fuente de empleos y recreación para los habitantes Avándaro.
Desde luego, estos no son todos los proyectos sociales, pues afortunadamente la cantidad de personas que deciden construir con técnicas y materiales locales y amigables con el medio ambiente es cada vez más grande. Si conoces un proyecto de este tipo que quieres compartir con nosotros, adelante.