Uno de los placeres más simples (y más deliciosos) a la hora del postre es en definitiva el helado. No hay manera de evitarlo, nos fascina su cremosidad congelada, su rico sabor en un día de calor, las sensaciones que oculta. Descubrir sus distintos sabores es un placer, porque la temperatura hace que la experiencia varíe en la lengua y el paladar. No es lo mismo apenas lo tocamos, que cuando comienza a derretirse y a soltar su entera sustancia.
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Para nuestros antepasados, sin duda que fue una experiencia completamente mágica. Mucho se rumora de que Alejandro Magno le daba helado a sus hombres, o que Catalina de Medici lo introdujo a Francia, pero esa es una historia romántica que se inventó después y como la de la pasta, es totalmente falsa. Pero no se preocupen, la verdadera historia es mucho más interesante.
El helado del rey Tang
Aunque el gran conquistador no lo hubiese traído a Europa, la realidad es que el helado sí es originario de China. De ahí se tiene evidencia de los primeros helados, o algo parecido. Entre los años 618-907 antes de Cristo, el rey Tang mandaba hacer su helado con leche de búfalo, vaca y cabra. Esta mezcla se hervía y se le permitía fermentar. Este “yogur” se mezclaba con harina para que se engrosara, alcanfor, y algo de sabor. Se “refrigeraba” antes de servir. Esta labor la hacían 94 hombres del helado.
¿Cómo se congelaba la comida en la antigüedad? Se combinaba sal y hielo. De esta manera, se cambia el punto de congelación y se puede llegar a temperaturas de hasta -14 grados C. No se sabe quién descubrió este método, pero se cree que fueron los chinos los que lo inventaron. Se escribió en India en el siglo IV, y la primera descripción técnica se hizo por un historiador médico de nombre Ibn Abu Usaybi.
El proceso no se realizó en Europa sino hasta 1503, pero se consideraba un truco para entretener en las fiestas. No se usó en alimentos sino hasta 1660 en Nápoles, Florencia, París y España cuando se hacían sorbetes, o helados de agua. Pero era un secreto bien guardado que no llegaría a otras lugares de Europa hasta casi 100 años después.
Se cuenta que el Rey Carlos II de Inglaterra tuvo un banquete “exótico” en 1672 donde se sirvió helado a la mesa. Todos los invitados lo vieron comer totalmente intrigados.
La técnica de hacer una especie de natilla con huevo para hacer los helados más espesos y cremosos comenzó en Francia en 1700 (levanten la mano si no les soprende que los franceses le agreguen huevo a algo). Pero no llegaría a América hasta los 1800, al menos no este helado, porque también tuvo un breve romance con los emperadores aztecas.
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El helado precolombino
Se sabe que el emperador Moctezuma II le sirvió a los españoles, cuando aún eran sus invitados de honor, un rico postre que consistía en nieve traída desde una montaña llamada Popocatepetl, y se le agregaba una mezcla de chocolate.
Aunque las historias se unan, se mezclen y se contradigan, algo es cierto: te mereces un rico helado. Vamos, este es el último día de su mes.
Fuente: ice-cream.org y El Universal