Siempre he dicho que el final más digno que puede tener un objeto, cualquiera que este sea y del material que este sea, es ser convertido en arte. Y para muestra basta esta colección llamada The Small Forest, creada por Natsumi Tomita con basura, principalmente de metal, que recoge de la calle.
Por extraño que parezca, la artista tiene estas piezas en su casa, les ha dado un nombre y las considera parte de su familia.
Estos objetos una vez tuvieron una historia, hasta que dejaron de ser usados, bicicletas viejas, paraguas rotos, latas o utensilios de cocina estropeados. Cada uno de ellos tuvo una finalidad y un significado hasta que fueron abandonados. A mí me gusta coleccionarlos y devolverlos de nuevo a la vida ubicándolos en un nuevo contexto.
No es necesario llegar a extremos como el diseñador Justin Gignac, que vende la basura de Nueva York en cajitas de cristal, pero sí es posible reciclar muchos de los objetos que regularmente desechamos, para darles un segundo uso como piezas de decoración.
Hay una página (en japonés) donde puedes ver la galería de Tomita. Da clic aquí para acceder. A mí me gustan el camaleón y el chanquito que cuelga de una rama. ¿Qué opinas tú de esta forma de expresión?