¡Qué hermosos son los kiwis! No me refiero a la fruta, desde luego sino a esas aves de poco tamaño pero mucha actitud. Por fuera, parece que no son la gran cosa, pero son criaturas extremadamente antigüas y pocas especies en el mundo tienen un impacto cultural tan profundo. ¡Vamos a conocerlos!
¿Kiwi o kiwis?
Antes de comenzar este artículo, su servidor conocía al kiwi como una especie de aves que no vuelan. Sin embargo, ahora sé que en realidad hay cinco especies distintas de kiwis repartidas en toda Nueva Zelanda.
- El gran kiwi moteado (Apteryx haastii) es el más grande de todos, con una altura promedio de 45 centímetros y hasta 3 kilogramos de peso.
- El pequeño kiwi moteado (A. owenii), como lo indica su nombre, es más pequeño que su gran primo con una altura de 25 centímetros. Su tamaño lo ha llevado a ser presa de cerdos y gatos en la isla, lo cual ha reducido su población a unos 1,300 individuos en la Isla Kapiti
- El kiwi Okarito (A. rowii) fue identificado como una especie separada hace 20 años. Las hembras tienen la particulairdad de poner hasta 3 huevos por puesta en 3 nidos diferentes, que son empollados por el macho y la hembra por igual
- El kiwi café del sur (A. australis) es otra especia relativamente común que puede vivir en un rango mayor de elevaciones sin ningún problema.
- Por último, el kiwi café de North Island (A. mantelli) es la especia más común, con una población estimada de 35 mil individuos. Ha demostrado una increíble resiliencia, incluso a tierras dedicadas al cultivo. sus hembras pueden poner dos huevos por puesta.
Familia dispareja
La apariencia general del kiwi es popular: sus alas vestigiales son tan pequeñas que son prácticamente invisibles a simple vista y tienen un pico largo y angosto distintivo, de forma similar a la de los colibríes.
Sin embargo, a muchos les sorprenderá que estas aves pertenecen al mismo orden que aves de gran tamaño: las avestruces, emúes, rheas y casuarios. Todos ellos son parte del grupo conocido como ratites que surgió en el Paleoceno. Esto quiere decir que los kiwis y sus primos han vivido en la Tierra desde hace aproximadamente 56 millones de años. ¡Nada mal para un ave tan pequeña!
Grandes hijos
Un huevo de kiwi es espectacularmente grande en comparación con sus padres. Dos días antes de poner el huevo, la hembra no puede comer porque el huevo ocupa mucho espacio y aplasta su estómago.
Para producir un huevo de ese tamaño, la hembra debe triplicar el tamaño de su dieta durante al menos 30 días y el peso final del polluelo es hasta una cuarta parte del peso de sus padres; ¡eso es como si un bebé recién nacido pesara 15 kilos!
El símbolo neozelandés
El kiwi hoy en día es el símbolo nacional de Nueva Zelanda. La asociación entre el país y esta ave es tan fuerte que en el mundo angloparlante se suele usar la palabra “kiwi” para referirse a un neozelandés desde la Primera Guerra Mundial.
Esta relación se remonta a la mitología del pueblo Maorí, que llegó a la isla del Pacífico hace más de tres mil años. De acuerdo a sus creencias, el kiwi es uno de los protegidos predilectos de Tāne Mahuta, dios de los bosques y las aves.
Sus plumas eran las más preciadas en la fabricación de capas ceremoniales llamadas Kahu huruhuru. Estas capas aún son fabricadas hoy en día, pero el pueblo y gobierno neozelandeses han dejado de cazar a estas aves por sus plumas y únicamente usan plumas provenentes de individuos que murieron de causas naturales o por accidentes de tránsito.
Para el año 1899, el kiwi ya estaba presente como símbolo nacional en numerosos productos y servicios. De acuerdo a una observación de Charlie Douglas, explorador escocés:
Por el hecho de que los billetes de banco, estampillas postales y cromos promocionales tienen a esta condenada ave en ellos, es evidente que el kiwi es aceptada como el ave nacional de nueva Zelanda
El kiwi es ahora un objeto de orgullo nacional, apareciendo incluso en las monedas de 1 dólar neozelandés. El Departamento de Conservación de aquel país ya ha levantado multas contra personas que poseen y hacen daño a estas especies en peligro, advirtiendo a la población de su responsabilidad de cuidar a esta especie única en el mundo.