Por encima de los rascacielos, la velocidad del viento aumenta casi el doble y la corriente es más sostenida que al nivel del suelo. De este planteamiento nació la inspiración para construir una turbina eólica flotante.
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Un joven emprendedor del MIT junto a otros compañeros, dirigidos por una profesora experta inició su startup para convertir en realidad el sueño de la turbina eólica flotante.
Para construir la turbina flotante necesitó combinar ciertos mecanismos que ya han sido utilizados por la industria aeronaútica como tecnología de elevación y anclados flotantes que utilizan los dirigibles de Goodyear y aerostatos de vigilancia pero con un nuevo giro.
Ben Glass creó una especie de dirigible hueco con forma de cilindro que infló con helio y colocó en su interior una turbina. Así nació el corazón de Altaeros Energies, su startup.
Esta turbina, de la que ya se construyó un prototipo, puede producir electricidad a bajo costo, unos de los principales objetivos de sus creadores pero además podría servir como fuentes de conexión a Internet y servicio de telefonía móvil en zonas alejadas.
Los jóvenes emprendedores están muy conscientes de lo que necesitan para hacer que su proyecto adquiera un mercado real en el que pueda comercializarse. Saben que producir tecnología impresionante e innecesaria no es suficiente ni lo que este mundo necesita.
Gracias a esto, Altaeros Energies está siendo financiada para desarrollar sus aerogeneradores por instituciones como el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la Fundación Nacional de Ciencias y la Comisión de Energía de California.
El futuro es hoy y este es el momento de apostar por este tipo de energías que además de posibles son amigables para el medio ambiente.