Durante años hemos desechado productos plásticos y sabemos que gran parte de éstos va a dar al mar, pero de un tiempo acá el tema de la basura oceánica ha empezado a preocupar porque se está acumulando en cantidades sorprendentes. Después de que la Agencia de Protección Ambiental de EU publicara en 2011 un informe sobre este tema, el mundo comenzó a alertarse.
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No es un tema que se pueda tomar a la ligera, en el océano Pacífico norte se ha formado la ya conocida Isla de Basura que, según los medios tiene un tamaño colosal, es tan grande que podría formar otro país.
Al respecto, el Investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados de la Universidad de Baleares-CSIC) y del Instituto de Océanos de Australia, Carlos Duarte, asegura que si bien el problema existe, la isla de basura del Pacífico es una exageración.
Duarte tiene las credenciales suficientes para hacer esa afirmación porque en 2010 y 2011, dirigió una investigación alrededor del mundo para conocer la salud de los océanos del mundo y de la atmósfera. Con la información del estudio se pudo estimar por primera vez la cantidad de plástico en los mares.
Lo sorprendente es que se encontró 100 veces menos plástico de lo esperado, lo que sería una excelente noticia de no ser porque lo que se estima que flota en el océano anda entre las 7.000 y 35.000 toneladas de plástico y eso sólo es el 1% del que verdaderamente hay.
En el 88% de las muestras que se tomaron había residuos plásticos. De acuerdo a esta medición, 1 de cada 1.000 toneladas de plástico que produce en el mundo termina en el mar. Ciertamente la mayor parte de estos desechos se acumulan en los “giros oceánicos” regiones aisladas donde el agua circula poco, en el centro de estas “islas” puede haber hasta 1 millón de pedacitos plásticos por kilómetro cuadrado.
Es bueno saber dónde tenemos ese 1% de plástico pero…
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¿Y el otro 99%?
El plástico flota. ¿Dónde está todo el que no está flotando en la superficie? En el fondo del océano, difícilmente. Para que estuviera ahí algo tendría que ayudarlo a bajar. Una de las teorías es la microfragmentación, pedazos de menos de 0.2 mm de diámetro estarían escapándose de las mallas utilizadas por los investigadores.
Otra opción es que estos desechos sean colonizados por organismos que poseen un esqueleto de carbonato pero al llegar a cierta profundidad el carbonato se disuelve, lo que haría que el plástico flotara otra vez haciéndolo una opción poco viable.
Lo más lógico es que estos pedazos plásticos estén siendo ingeridos por peces mesopelágicos, unos pequeñitos que son más abundantes de lo que se creía. Lo grave de que se lo coman es que el plástico de por sí tiene contaminantes que adquiere durante la producción de las materias primas y al atún y pez espada les encanta comer estos peces.
Esta contaminación entra a la cadena trófica, si se hiciera un estudio con estos grandes peces, seguro se encontrarían restos de plástico en ellos pero al momento, nadie lo ha hecho. El problema real no es la basura en el océano sino que no hay algo que frene la manera en la que consumimos plástico.