Quienes ya están al tanto de las propiedades del ajo, lo consumen crudo. Según expertos, al contacto con el fuego por tiempo prolongado se pierden muchos de sus nutrientes. Este pequeño aliado en la cocina es un mina de oro que tu organismo desea explotar, porque no todas las plantas -sí, de ahí viene– tienen propiedades antiinflamatorias, fungicidas, depurativas y bactericidas. ¡Increíble!
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¿A qué se debe esta maravilla? Su poder antioxidante se debe a un compuesto llamado alicina, es uno de los principios activos más importantes, el protagonista al momento de hablar de las bondades de este bulbo. Aprovecha sus virtudes, déjate enamorar por su aroma y hazlo parte principal en tu cocina, ¡notarás la diferencia!
Protege el sistema cardiovascular
Si andas con el colesterol por las nubles, ya es tiempo de que hagas del ajo un ingrediente infaltable en tu dieta. Esta acción produce que el colesterol no se adhiera a las paredes arteriales, previniendo, además, obstrucciones y arteriosclerosis, ¡un aliado contra la hipertensión! Todo esto se debe a la vitamina B que contiene, la que, también, reduce los niveles de homocisteína, una sustancia que puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos y del selenio que ayuda a combatir las enfermedades del corazón, según señala el sitio de salud de Univisión.
Poder multivitamínico
Quizás ya habías escuchado del poder multivitamínico del ajo. Hay quienes lo consumen por las mañanas, como un fruto más de su desayuno. ¿Qué pasa con el aliento? Nada que no se pueda resolver con un buen cepillado y enjuague bucal; cuando es demasiado se puede masticar hojas de menta o tallos de apio. Las fuentes de vitaminas del ajo son la A, B1, B2 y C, lo que traducido tiene relación con prevenir afecciones respiratorias, mejora y fortalece la piel, y previene la gripe, gracias a sus propiedades antiinflamatorias. ¿Un ajito al desayuno? ¡Arriba las defensas!
Digestivo y anticancerígeno
El ajo ya era usado durante siglos por sus propiedades medicinales. No lo dudamos; menos cuando nos enteramos que otra de sus amables propiedades es la protección de los intestinos y la reducción en las posibilidades de contraer cáncer de colon. Cuando consumes ajo se secretan jugos digestivos, los cuales, junto a su acción antibiótica y antiséptica, son efectivos combatientes de enfermedades en esta zona de tu organismo. Sin ir mas lejos, se descubrió que las personas que consumen ajo crudo tienen la mitad de riesgos de tener un cáncer al estómago, previniendo, también, el colorrectal. Un potente anticencerígeno reconocido por el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU.
Un pequeño aliado de tu salud que incorporado a tus recetas, o comiendo diariamente, puede ser de gran ayuda -además, si le pones agua, vuelve a crecer-. Recuerda no abusar de sus beneficios; los extremos no son buenos, tampoco lo son en el caso del consumo de ajo.
Fuente: Organic Buenos Aires – Univisión